John P. Solís / Milagro



Yo tuve entre mis manos el frágil milagro de sus ojos de cristal,
tuve en una mirada la eternidad del cosmos y todas las coincidencias
del amor que llega una sola vez…

Me cubrí con el manto de luz de su cuerpo,
bebí su esencia de gaviota,
volé con sus alas..

Sus caricias fueron la estampida de luceros
que desaté de mi cueva de siglos y fracasos.

Fui dueño del tiempo y amainó el dolor,
en esa noche esperada por todas las noches,
en ese minuto esperado por todos los minutos.

En el efímero laberinto de sus labios,
en el segundo de su roce, comprobé la existencia del amor
que llega una sola una vez… y se va.