Boris Idrovo / HISTORIA PENAL



EL PARTE[1]

Llego al ex-penal, a mi primer día de trabajo y a mi primera entrevista con el propio jefe de guías.  Su oficina, la jefatura de guías, obvio,  es un espacio bastante pequeño, en el que dos escritorios muy juntos permitirían suponer afinidades, intimidades y chismes entre los “compañeros” de turno. Sobre las mesas, pequeños archiveros atiborrados de papeles, y en el de la izquierda un teléfono bastante desvencijado. Me generó cierta curiosidad el que no hubiesen sillas en frente de los escritorios. Luego comprendería que, como la mayoría de las personas que llegaban a la jefatura eran presos que querían solicitar alguna cosa, el no permitirles sentarse implicaba, en primer lugar, un ejercicio que intentaba mostrar la superioridad y el poder de los guías sobre el solicitante, y en segundo, que no deberían demorar demasiado en la “visita”.
Conmigo, imagino que por ser colega, hicieron una excepción. En el momento en que ingresé, el jefe de guías, mientras reposaba tranquilamente en su escritorio, ordenó a uno de los presos que ahí estaba que me trajera una silla. Una vez hecho esto, y ya acomodado, después de verificar mis generales de ley, escuché las siguientes recomendaciones:
 - Que nunca lleve plata en mi trabajo, porque “estitos son unas fichitas”. (Esto lo dijo señalando al preso que me había traído la silla, quien se quedó escuchando la conversación, me imagino que por curiosidad).
 - Que, por eso mismo, nunca les de plata para nada.
 - Que a la primera que me falten al respeto, les dé no más palo sin miedo.
 - Que a los que encuentre chumados les dé también el mismo palo.
  -Que lo mismo a los maricones….
Pero, justo cuando terminó de pronunciar la palabra “maricones”, sonó el teléfono  interrumpiendo la punitiva arenga del jefe, quien molesto ordenó al preso que conteste el aparato.
 - ¡Contesta el aparato ve!
El “Mopri” –luego me enteraría que así le decían a este personaje- en efecto contestó el teléfono, y muy educado él, con voz de locutor, dijo:
 - Ex penal García Moreno, buenas tardesss.
Al otro lado de la línea, se escuchó claramente una voz chillona que preguntaba por el guía Domínguez. El “Mopri”, dejó el teléfono sobre el escritorio, y caminó los dos pasos que lo separaban de la puerta. Una vez ahí, gritó, a voz en cuello:
-“Domíngueeez, ven a contestar el teléfono que te llama tu moza”.
Dos segundos después, en vista de la carcajada general que produjo la llamada, envalentonado el “Mopri” pegó otro grito:
-“Apurá ve, que tu moza te llama”.
La carcajada y la cháchara se prolongaron unos segundos más. Mientras tanto, Domínguez, que estaba de guardia en la puerta de ingreso, llegó, y luego de echar una mirada furibunda al “Mopri”, y a todos los que allí estábamos, tomó el aparato. Solo alcanzó a pronunciar el ritual “aló”, y no dijo más. Verborragia que debió parecerle interminable se escuchó al otro lado, hasta que Domínguez, agobiado por la vergüenza y la rabia, la cortó con un “en la casa hablamos”, para colgar inmediatamente.
- ¡Tonto, careverga¡ era mi mujer- le dijo al “Mopri” mientras le asestaba un furibundo manazo en la espalda, a la altura de los riñones. El interno se dobló del puro dolor, y medio contorsionado decidió tomar las de Villadiego, para evitar mayores castigos. Despacio, y al primer descuido, casi sin hacerse notar intentó esfumarse de la jefatura, cosa que no le fue permitida por Domínguez, quien inmediatamente lo envió a la “Sala de Observación”, para que allí espere el castigo pertinente…
Este incidente daría por terminada mi primera entrevista con el propio jefe... Algún tiempo después, mientras revisaba los partes entregados por mí y por mis compañeros me encontraría con este de Domínguez, dirigido al Director, en el que se relataba la historia:

“Pongo en su conocimiento, Señor Director, que el día de hoy, siendo aproximadamente las 10 de la mañana, encontrándome de servicio en el puesto de la Puerta Principal, escuché desde el interior llamadas insistentes para que me acerque a contestar el teléfono, al ingresar a la oficina de la Jefatura de Guías, me encuentro con la novedad que el interno llamado “Mopri”  textualmente decía a gritos lo siguiente: DOMÍNGUEZ CONTESTA EL TELEFONO QUE ES TU MOSA” por reiteradas ocasiones. Considerando esto una falta de respeto no solamente a mi persona como autoridad del Centro, sino también a la persona que realizaba la llamada telefónica que en este caso se trataba de mi señora esposa con quien me creó un malestar de consideración. Asunto este que fue motivo para ser conducido hasta la Sala de Observación en espera de una sanción drástica a este interno que tiene la costumbre de tratar de una manera por demás soez y sin el más mínimo respeto al Personal de Custodia y Vigilancia. Particular que doy a conocer para los fines pertinentes.”

[1] El susodicho parte y que resalta al  final del texto fue encontrado en el archivo del ex Penal García Moreno y se lo transcribió casi literalmente, con faltas ortográficas incluidas. Los nombres han sido cambiados. 



Zéud / SEÑORES



Stornaiolo, Don Quijote


todos mis poetas
de verso en cuando me mienten
métrica, ritmo y rima
¿acaso trilogía de un artificio?
si de tal armonía no es la vida

a menos que se les enamore
una musa transparente y danzarina
de esas que habitan con las hadas
en sus ensueños y delirios

¿porqué habría de flecharse
una gentil duende alada
de unos que no son gentiles
peor siquiera duendes
y jamás viajan con alas?
 

¿le seduciría a ellas sus sombreros
o sus botas puntiagudas
talvez sus romboides orejas
o su mediometro, si alcanzasen?

¿qué podrían ver las magas
en uno de la especie humana?
si no somos mas que un amasijo
de quinientas mil encrucijadas
y diez piezas mal pegadas

prendados ustedes si
de las preciosas musas con alas
mis poetas mas que amados
por mi alma y mis tres hadas.

los de la real verdad
no son los que escriben versos
son seres de este mismo mundo 
medio auténticos, medio ocurridos
y como todos medio locos

ellos habitan en el alma  secreta 
de todo lo que asumen que existe

 mas acá de la palabra 


Ivan Castañeda / EL OCIO DE LA LUNA



Las tres alegrías del cielo

Sobre la mesa descansan
una es viento cálido nocturno la otra se cobija de nubes
la tercera palpita en busca de luna son tres alegorías
que quieren llegar al mar en desorden y de urgencia
para cantar a la caracola las columnas de marfil
de sueño marinero estival grito
de la mañana blanca y solitaria somos caballos de mar en busca de la piel de sal.



Cobre tu piel

Sed de anaconda
tus copas en verde calculas
ciega despliegas territorios y túneles te enredas con palabras del viento por cada huella en la arena
en costuras de cangrejo y rastros de luciérnaga.

Sin mentir retrocedo la tarde
… dos copas rotas… busco alimento de voces salto charcos de barrio
y la verdad se esconde cuando niño en las garras del oso mojado
decido crecer con antifaz pisando las orquídeas azules en montañas nieblas
… tres copas rotas... huyo de la cantina
pierdo el nombre y billetes
en los cuerpos de cobre se fija la vela con esos talismanes
que se van en vida
en puro hueso arrodillado
para dejarme frágil ante las sombras.

No sin ruido, las calles maldicen laten tus pérdidas de lengua pues gritan aguas mayores
tu edad de bohemio pasional cristales de ventaja esparcidos dando para ti el color y la brillantez de la mejor palabra de puñal
hace siglos escrita
por esta mano de fuegos
ó venenos últimos de herencia bajo el árbol de cien años
que invita a todos a conversar menos al que los ojos de pirata lo bañaron la piel en cobre .



Lagos y páramos tu rostro

Palmos frescos de hierba relámpagos al caminar
trigo dorado a la boca del viento el desvarío de trinos
al parecer silbo de olas sonrientes en la mordida de la naranja dulce salpican pequeños soles
en las mejillas blancas
de las ceibas.

En la otra orilla
al compás de clavicordio, sino te olvido
será porque el agua tuya
se alimenta de los ojos desnudos de los viajeros desamparados tomas sus almas
y soplas un fogón de corazones.

En lluvia con rayos llaman
a la negra piedra de basalto en lagunas y frailejones donde tus aguas
siguen congelándose esperando la luz intensa
de una estrella
que caiga en tu mirar y ponerte un nombre bella mujer
besar tu cuerpo quiero
antes de bautizarte entre tú y los otros.



¿ Porqué nadie reclama la risa ?

Irónico al temple
el caballero de los planisferios en saludo soberano
por generación en batallas comandando fuerzas de territorio en la misma casa de incario
en el dolor de la derrota sobre luz de protocolo
en olor de indios y negros calor repartido
por las calles barrocas cruzadas en esperantos
de crisálidas abiertas
por testimonios de monasterio burbújas que saltan ventanas escupiendo demonios blancos que nosotros en otro solsticio en baile de piedras
no olvidamos la última gota del cacique desmembrado en las hojas de oriente
el hueso mayor en plenitud saltará en escritura amerindia el hermoso brillo de hermano en rostro encontrando al padre
cacique mayor de tu fuerza.



Llega a tocar mi ventana

Con todos los besos alcanza mi pubis
con tu parafraseo de lengua estremece mi pecho
con tu dactilar mano aprieta este falo
con tu rauda cabellera confunde mi fauna

Así, cada día,
hasta terminar en el suelo como animales
obligados a buscar el noveno orificio declarando al cuerpo
cambio, definitivo orgasmo, obsesión que no esquiva
que tienta la forma de la sonrisa vertical
la caricia que se hace larga, pausada, tranquila flor
para deshojar pétalo a pétalo
tu escondido rincón intocado…
olvidado por las caricias.



Antro

Noche primera…
nuevo calabozo
sin desfallecer ante la repugnancia resuelta y sin temor
busqué el valor y la fuerza en las próximas desgracias.


atravieza la reja oxidada la débil claridad compañera de siempre…
pesadas noches de insomnio sin nombrar tu rango
ni la estatura de tu sangre.

Que vigilen otros batallones sin territorio que en adelante
es nuestra la victoria,
ordenen provincianos la opresión
que el destino nuestro no tiene dueño porque centinelas malditos
recogieron tus ademanes y testimonios en pié de letra, dicen…
! más pobres hombres !
forzados guardianes
su corazón de presidiario
fue más puro que el de sus amos.

Cumplen su deber
a espaldas de verdugos y gritan, gritan
que el sueño pertenece a la mujer que siempre dio todo por todos... finjo pues en días
tristeza absoluta
que todos pueden ofender…
los enemigos,
me darán títulos,
así, en tiempo de memorias que no soy conde ni marqués para decidir y hablar
de mi corazón generoso y bueno.



Golpe de frío

Holgazara de llantos tempestad de ronquidos pié envuelto en graderíos la miseria de tu voz encima de la argolla rota


como decapitado en loma bañado en saliva propia enumerando la memoria digital, electricidad de nervios
inquietas carnes
en otros menesteres jugo de tierra
en diálogo a muerte entre dioses.

Los placeres de emergencia saltan a las mejillas
de rojo verbo
en la hermosura
que cobija y cubre en humedad tu piel de salvaje mujer
en despedida hacia la calle.

Sí, recordaré tus senos escondido en la madrugada te nombré, bauticé tu sexo en caricias inmortales
lenguas que arañan telas rotas ocasos de ciertas manías de muerte resbalando en vellos rubios
con ternura de mozo desdeñando pasiones
en tenues lanzas de mestizo, raza de incertidumbre
repudiada por la vestimenta de hilos dorados
dios en tus pestañas abrazado escapa al nombre del hombre, en huesos de amante fraterno
protector de tu débil cabalgadura de necio en mirada de bestia
que reconoce el movimiento de tu ausencia .



Canción de árboles

Has visto esta mirada atrevida soy pasajero huérfano en lenteja mamando ríos buenos, todos buenos, en oscuridad olvidado de la ceguez
y amigos contagiados de fiesta cantan con la voz y los huesos


diestro amigo de  bebida encuentra al barrio
deja poemas
único propósito de olvidar el rostro en el próximo destierro de amor vengo con especies
papeles de papeles blancos la vocación de lenguas tengo encanto y tesoro
por lo tanto acompañarme todos aprendo de llagas necias
otro animal
que he perdido en lágrimas la vejez de la noche
que me bota de su abrazo. Espérame por lo tanto.
Que ya soy noche.



Sin conversar tras la merienda

El mismo amigo corazón del tejado cauto en leña
y demasiado ritmo limpia la lengua
en ramajes dulces esperando
el suicidio de aves.

No estoy solo, pues tengo paz, lamento limón
obituario de agua clara abrazos en paila de hielo
ó eres melliza de este pecho de litoral azul poema
dando y dando a las frutas
los olvidados escritos orgasmos.

Sí eres bella.
Otro carnaval bailará la máscara esta vez mis ojos
donarán un río y a cambio
tus besos serán nubes de mis mejillas.



Dos vueltas

Repito en cada traste dueño soy del tiempo emerjo entre noche y noche siendo joven mentiroso
porque aquel hotel, no sirvió, para tales propósitos,


de ventajoso predispuesto a morir
sin causar daño a la madera ni a la tierra
por lo tanto resuelvo, así, ser intocable,
profano en recavar noches bien llevo de soledad
sin importancia al olvido
y en edad, mitad de vida,
doy cuenta del dolor que me aqueja
!He perdido el amor! Pero sin embargo persisto de mentiroso.



La pluma de la serpiente… busca.

Aguzar tu sentimiento, ahora, en la agonía que cae en hojas a manera de gotas secas
en tiempos, pausas y silencios la escritura
a premura del cálido
beso
que pretende culminar en tí, como profecía…
abierta de tus manos y tu cuerpo bondadosa y generosa.

Aprieto los nudos paso las hojas
rezo de noctámbulo a secas sorbo
el vuelo,
la fiebre de reconocer en la selva
el anillo que llena la vasija
el agua salta
de mansedumbre en otras épocas.



Brilla la noche

El vino mancha tu ombligo dos ríos bebemos
a los cuerpos alcanzo tu fragilidad
tú te alejas sin tocarme todavía tengo el aroma
de la sonrisa vertical desnuda.

Ya no veo tu rostro
ni tengo aire de transeúnte detesto los tedios
más respiro caminos y atajos en las casas de amigos buenos los viernes con mujer
no se repiten a la semana.

De repente encuentro
el consuelo de estar sólo y muerto compartiendo dolores de tía abuela ida sin preguntar si tu mirada es bella tropiezo en el mismo precipicio
la sombra de manos hierbas atreven a las voces dar paz nadan en periferie de luna
ni mitad de mundo ni latitud cero bebiendo en mares de sangre
y putas infectadas de calor en la casas inundadas,
la última morada en cristales
de víbora mordiendo todas mis raíces del mal tiempo, de tu ombligo.



Desde la otra orilla

Día de acomodar los huesos cuerdas locas
hacia la ventana salen caminos
de calor abrazo fiel en sonrisa bella
por la noche consagrada títulos de madera
en escritos de joven
untando el cuerpo
de placeres nuevos llevando libros de viajero bajo dosis puras
del valle verde
afán de barros y pueblos sin enojo de lluvia
la última gota del río y la primera piedra
en los ombligos
de los buenos amigos bendicen y protegen árboles de bambú
en la puerta
están los jardines abiertos de la alegría viva,
y tu sombra en el lecho quema de soledad.



Detén tu paso.

El pétalo yerto caerá en los labios dará sombra al espejo noctámbulo
de la ira encajada en la mejilla de tu necedad abierta camisa descosida al poro
de la sangrante piel.

Detén tu paso. Solitario

Emerges de la oscuridad
a bañarte con las candelillas
para dar vuelta a los vasos atenta de luz la mañana
a cualquier desborde…
si alguien te llama, no ocultes la hoja
que cubre tu pensamiento de la hora cero,
la melodía del viejo viento
que acaricia su muerte en el desván en el desorden de la palidez
seis maneras de atacar en la esquina del beso
los pasos.



Viejo amigo, no atrevo

Esta vez de amianto frío
las cuerdas suenan al revés picadura de alta vena golpean la puerta
por nuestros rostros caminos de vino bello
ya no seguimos a nadie,
a nadie que sea de sangre a nadie de loma incauta
en sol nos dice
que huesos nuestros son almas vueltas al río leyendas no escritas latines no aruñados
solo tragos y memorias nadan una en tres
en las velas furibundas que nos apagan solitarios
al viento lluvia,
lo que escogimos en la esquina la frontera botella azul
que nos mintió anisada la boca de rayos
de cristales cactus cruzando los puentes
del desnudo en chorros tres.



¿ Qué es lo que me vuelve voluminoso y leve a la vez ?

La palma rostro bañado
reposa en manto caliente primigenio el primer beso
que libera la voz
hace de tu huella un roce con la tierra un toque apenas
de levedad entregada al cuerpo flota en los techos
para ver desde lo alto
la grandeza del ser
esto que pasa no lo es savia que de uno mismo sale a recorrer
huellas, surcos, nombres sin cansancio, sin sueño, en la caida del verbo
que originó al poema de la levedad.



De vez en vos

El pié delator aúlla
ambos dos en camino de sal conversan cuando
en salivas de ciudad
los escondites propicios
para versar lenguas de ceiba donde el inadvertido fantasma atento al suceso
rasga una guitarra antigua de vez en voz
solícita a perder
las calles con tenor de herida bajo balcones de floripondio
en tus dibujos besados de la espada cuando la remolacha lloraba en gritos
al picaflor de madera
en las cascadas de plata…
moribundo.

Qué muerte advertida en los abrazos
por mí llevados a la sal en festejos de viento.

No es ahora tu dulce flauta la que lleva mi amor
que no logro olvidar en risas calmas.




Qué santidad te llama

Cuando dañaste el perfil de dios en el llanto de María
convidada en aguas puras
como tantas piedras del indio solsticio inauguras el templo con cebollas
y melodías merecedoras al orgullo que nos obliga
a vestirnos de blanco escape atrevimiento de sal entorno
sin que nadie venga a reconocer
en banderas e insultos el rostro de abismo esclavo en tanto tiempo
a tenor de tambores tomadores
las bestias airadas de dioses ciegos
acostumbrados a temblar aves pequeñas cortando uñas, aspavientos de negros atesorados por mal lenguaje
y  mentiras de sábana
con el perro aullido a perdonarme mis bajas de pié
te sabrás misteriosa la beatitud la belleza
los últimos vestigios
en potestad de gritón diablo
bajo los árboles acobardado gallo abrazado por las preferidas lindas cautivas por tanto humo de bodas fiel a los territorios
y a otras festividades del ajeno universo.




De perder amigos

Viene la fiera
sin contestar pesadumbre engañas la guitarra
porque no saltas mi estatura olvidado del todo
la puerta sin candado baila tu cuerpo joven
en patria de comuna
por verbo sin angustia estalla en plaza de naranjas domingo hace tres años
cubierto de pólvora y borrachos transeúntes como el viajero
que perdió el paso de baile,
si vienes de Osaka ó Chile, lo mismo, en España la lengua gira
no daña… más persiste
calmar el canto de oriente en cascada azul
llenando miradas sacudiendo la vértebra en demasía de rey
regalo besos y otros más enamorado a primera vista bailo para tí sin amuletos mido el talle que traes equivocada en traje negro bella más bella de noche
soltando amarras de campesino en amor siniestro perdido,
baja por todo esto las cortinas
y pierde amigos que no saben leer
trayectos de canoa.



Arena luz

Arena voz que te llevo
donde el viento mira sombras tu cabello de flor día
a la madrugada en brazos de luz

Bella siempre te besaré cuando de blanco
estés soñando triste Tu cabello de flor día a la madrugada
en brazos de luz.

Porque tu mar atrapo mi vida
en baile de caracolas sonrientes



Aroma es aroma… aquí… allí

Cuerdas alegres mares
en fiesta de frutas maduras desnudas adolescentes húmedas nadan en la mirada del volcán.

Ocultas miradas corazones negros vigilan a las bailarinas de laguna no permiten libertad al encanto
el atrevimiento del deseo al encuentro esencial del error natural
para que todos los hombres en llanto de naranjas
estén obligados a cruzar la última puerta.

Regresas al mismo lugar con otros vestidos de novia
perseguido de animales
lunas llenas enjambre de nubes veloces a besar
la ira del lobo
los puñales velas
los peces atrapados de vidrio
y las bellas en algas abrazadas reflejan fabulosas danzas de olvido.

Sólo en tu cabeza de adolescente aparecen para besarte
y a mordiscos huir.

El vigía
cumple su orden y el hombre
es abandonado… ciego y anciano.



Ayudamé Valentina

No vengo de sombra
huyendo de mí… en caminos de agua
¿ Porqué tengo moldura de nocturno sin dormir ni mirada de algodón ? Ayúdame Valentina a escribir
como antes era niño de arrayán solitario en ladrillos ya sin rumbo en pan de luna
predilecto necio a olvidar todo aquel inicio de nombre tumba cenizo aprendiz de canto
para convertirme en humo.

Valentina… cuándo me salvarás que de agonía no resisto la voz más aún de pensamiento muero por la perdición de ave escogida.

Mía Valentina… al término de todo
escojo mi valor…
como encargo de absolución a mi corazón necio y negro perdido entre el amor y el odio.



Tengo metales parientes

Roto el velo abrazamos
cantante de aguaceros en los techos instantes calmos de paz
el conocimiento es para todos dueños del tiempo
entregamos sabiduría a los aprendices besamos la miel de las mujeres solidarios con la tristeza del joven poeta la soberanía a los hombres
caminemos hacia las estrellas
abrazándonos como hermanos en conversaciones con la luz para agitar las galaxias dormidas en las venas
que agradecen la fortaleza de la sed
e invitan buenos aires a los pensamientos sueña las tardes con los animales
prepara nuevo ejército escucha a los silencios
recuerda a la mujer con gracia canta en los aguaceros enfrentando latitudes
renueva la mirada en seriedad habla en unidad de manos lleva amor por siempre alegrándonos de besar rodeados de naturaleza conversando con los vientos armonizando con las aves
recordando amaneceres de plenitud llenando los espacios de flores encantando a las copas de los árboles sonriendo siempre
hasta la última luz de la sombra convertidos en propia iluminación.



Las veces que cantaré

Las esquinas de hiedras tropicales en verdes manos tocan la puerta entregan gestos alegres
comen tierra seca
en barros ladrillos incompletos en bigotes descuidados de ajo antes que la virgen
en atuendos de momia con otras momias,
en el centro de la plaza iluminadas de cantáridas salpiquen gritos
de almidón vestuario

¿ Quién bajará de las cúpulas ?
el caído cuerpo
en vigilia de sonidos camina con furtivas mozas regala comidas engañadas y comienzos de tedio
caen como ángeles viejos
ya sin vestidura revelan
que sí tienen sexo, al final
cuando la niebla
desaparece a las campanas que tenues, silenciosas
son la misma historia inundada de hiedras que hablaré y cantaré en las pesadillas.



Ave

Como nosotros, nunca repetidos sobre pluma volando esquinas atrevidos
robando besos
a tu mejor amiga,
¿ Acaso duermo
en tus brazos frágiles? Dulce mujer
bañada
en territorio húmedo
tu piel lo dice
mi boca
sede
y en seguida latitud cero enorgullece su sitio.

Por todo esto, mujer,
tócame en silencio, escúchame de libre
y ámame de atrevida, porque no repito
el camino equivocado, tu voz.



Dos en vez de tres

Sin abrazo
visitamos la morada del viejo antesala
es la desnudez
habitas cuando el ave con insectos
en mandíbulas fuertes afiladas ayer tarde
abiertas al inicio de la noche
buscas atrevido
la piel del cóndor herido en balística elevado como redentor niega a dios
porque no tiene corbata.





Baño de sangre (dedicado a Don Eloy)

Plata en los ríos olor a obsidiana bajan, golpean, rasgan…
son pedazos de infierno fumándose la piel mestiza regalan a sus hermanas cuerpos nuevos
rastrean fósiles con pólvora seca certero agujero celebrado
en los sesos blancos del héroe montonero
que cuando niño bandolero conocía los caminos
de la tierra y el mar y los refugios
lo buscaban
para celebrar en grupo la carnal participación de insurrecto
al no escoger color ni verso sino en muerte obrar
como líder obligado
a pedir concilio a la muchedumbre fanática
para que la hoguera a propósito sea páramo de costa
en desmembrado cuerpo de toquilla salpicado por los hombres
en un baño de plata para caligrafiar
tu bastón de viejo
en la luz que fumamos contentos cuando de sopor saltó el viento
y ya tu imagen fue derrotada
para no mezclarse con nosotros, jamás.



A un lado de tu cuerpo

La edad germina soles de bronce tiempo de oxidados calores
para que tus piernas abran la sal repartida no soy tu dueño
más colmo las sábanas
con este líquido de origen.

Que se quejen tus huesos cuando mi lengua te quiebre junto a la madera de este lecho diré muchas frases
para continuar con la bohemia
de este día aclimatado a mi noche

Te irás triste ensortijado cabello
en besos dejarás tu lágrima perfumada y yo más necio insisto
romper tus vestidos
en las gracias entregadas tratando de amarte con valor.

Caminarás sóla preguntando decidida a perder en el amor porque prófugo soy
solidario con lobos y demonios diestro en partir
bajo lunas llenas negras
en humo de yerba predilecta.

Ajeno al compás
ahorcando cantos de pájaros y gallos lejos en oriente amanecido
cortando mis cabellos
para formar abecedarios nuevos sinfonías rotundas
donde solo yo decida esta vez despertar.



No solo el sueño atreve

La atadura, el lío, el pergamino, el sudor de la rutina
que da término al vicio a la renuente caída…
sin estropear la callejuela en su simetría de piedras
la pisada noctámbula
que desgarra el cuerpo nómada en violación cadente de ingenuas jóvenes aprendices de brujas
que gritan en un retablo indigenista con armadura conquistadora
de corazones más que de hombres el trazo no compete a nadie
la vergüenza no se esconde al desayuno nadie atreve a soñar
el cuarto día de la embriaguez incógnitos sellos borran la memoria con el dios eros perdido.



Qué tierra vas a regalarme

Palabras en labio abierto
giran la cavidad del pecho viejo no atrevo mirarte
pues la canción de blues agita la edad
y ya estoy enamorado de tí

Cantaré letras de tu mejor baile
y los puñales salen a sacrificarme ya soy metal oxidado
anteriores a tu nombre bastan tus ojos
en catorce bailando blues mariposas alimentándose de lágrimas de tortuga
tú alada multicolor
y yo lágrimas al río
me pierdo en siete mares
y siete tragos… escribiéndote



El vaso sin la gota

Líquido embriagador, canción de noche, diente felino del poeta
que muerde al grito en la vereda, bajo el volcán
mientras los borrachos en voces destempladas
caminan a la deriva
sin buscar nada
solo la sonrisa del perro
que congratula a quien no lo entiende.

De ahí, la gota tiende a caer resbalar con la tranquilidad
de boca en su memoria de gozo el pulso del grito
el momento de rasguñar vidrio ó porcelana quemada
ó sacrificio abierto corazón que cae simulando la forma
sentimental del orgasmo.

Este vaso, no recuerda,
no lleva la pesadez ni el embriago saca del fondo el aroma y la música que confunde a cualquier adolescente
al hombre lo desobliga de la ley al anciano lo agravia con el final y a la muerte
ni siquiera la invita a bailar.



Laguna noche


El vino de la fornicación espejo de reyes
que se beben a sí mismos cuando miran en el lago
la prosperidad de sus hechos en la fatalidad,
levanten sus cuerpos prostitutas
y bailen otra vez
ocultando el llanto de los nacimientos ruidos escarlatas en pañal de seda goteando en copas de oro la placenta en portales de muerte tramada
ebrias de sangre
en euforias de cocaína sólo tú quedaste al borde esperando el suicidio de las aves.

Y se acabó el tiempo
las aguas dulces sin embargo aprietan tus pies de prófugo nunca te soltarán los vientos seguirán jugando en tu cabellera las sombras…
no eres ave ni tampoco princesa intocable del demonio
en espera del puñal
que parta el corazón mío
en flores blancas y llamas azules en busca de los enemigos
para pelarlos como naranjas sobre la mesa que se agita por el temblor del volcán cubriendo todo el páramo
en relámpagos de la bebida del anciano…



Habla la mirada


No mancilla el espejo del casual veneno
a los parientes retratos de sabiduría,
llevan pies de precipicio agonía de plumas
en llanos de piedra
el resplandor
de la repartida plata luna fijan rastros sangres
en tu cuerpo,
mientras caballos viejos beben ocultos
en la flor de los barrios. en espera del rayo despierta  en los campos los jardines y sus animales las frutas y las caderas



La altura


Día siete tu mirada es barca
y llueven fiestas
frutas comparten tus manos el lecho virginal
la noche joven atrapan estos labios lamiendo estrellas desde la cadera
rincones calientes y húmedos adivinan mi próxima parada.

Día cinco tu voz es primitiva
arden dolores en seco tras botellas de papel llegas a beber
la saliva
de los cuerpos
en furia posesiva tensos calcios queman viajeros veloces hostigados de felicidad
se rompen
al grito de la hembra dispuesta a parir
al sol.

Día tres tu cuerpo
es diestro y ajeno
abre el corazón de todos la llama de varón
no pierde tiempo en conversar
a los callados escribas mayores.



Si cantaras

En temprana edad había latín por tardes cantabas… sólo cantabas otra vez
te pierdes más es tarde para visitarme
en pocas palabras se baña
el ciego en tu flor.

Canta ya.
Al viejo madero
que escribe tu memoria en una palabra
el silbo de la creación.

¿ O la saliva última del temporal ido herido en furia
por ti cantó silencio ?



Caballero de los planisferios

Torpe cada vez
que cae ceniza y lava en tu coraje
¿ Qué escondite protege tu soberbia ?
ya no están las estatuas lejos en casa de Trofonio
no conversan las amistades

¿ Y, entonces…
tu vestimenta es una ? No.
No llames a mi sangre el rey ido está
sin siervo ni ladrón el rey está solo
sin conde ni dios
¿ Y la sangre ? seguramente… caballero ya lo olvidó el tiempo porque es un circo
su andar.



Abres el cofre


En desorden, las camisas seis utensillos de cocina
la apolillada insignia de escuela el poema último
Alejandra y la cruz.
Dos triángulos cruzados
¿ Quién respira ? Nuevamente abres el cofre. En tu pecho brilla la cruz
tu amante devuelve el brillo
¿ Acaso es oro y por eso brilla ?

Tenías razón sombra brillas mas que yo
no abras el cofre no me adules
es poco. No es nada. Estes donde estes
abandona el cofre.
Pero eso si
incendia la corona de la trompeta.
Juega los bailes y búrlate de los dioses-.
! Qué te envidien !



Silueta de clavicordio blanco y negro

El lado oscuro de la luna esconde en perfil de agrimensor al asesino de frutas tropicales desde latitud cero
se captura siete libres jabalíes…
es raíz de verbo maduro no tiembla el caballero ante el barco inglés
artesonado de musas y mascarones encaprichadas entre los manglares llega a la orilla
para afinar a cuatro claves la curva de ballesta certera dirigida a los corazones sinceros en el color bronce animal
en brillo de atardecer anaranjado
al nombre nuevo del continente en redes de peces plateados
y monedas de plata bañando las ciudades blancas siniestras
bajo la piedra mayor ahora catedral ocultando los ángulos
de ancestral ciencia
se olvidan a los ancianos dioses ahora en cobijo de montañas mientras las coronas triunfan
en pústulas fiebres de capulí y las fiestas de feria eternas
no vencerán la vena esmeralda de nuestra selva protectora
que lleva en las constelaciones nombre de azar y el diseño inteligente



Después del silencio

Caen insultos
vértigos que no intento arrastrar calles en duelo de toros
dioses en juegos de niños voluntad de pobres
en diciembre coronados con lámparas de kerosene
y niños comiendo diablillos
en vez de aceitunas
fallas arquitectónicas del azar para el discapacitado inteligente y bastones rotos para el ciego.

Venas anteriores al agua cavidades y huesos abiertos a la hija del rey
que llora por ventura y desgracia al padre muerto en palabras
al borde de pestañas
en corriente de provincia masticando luces y semillas
viejo soñador en vuelo de montañas blancas.

Las cuevas ocultan sangre vestigios de viajes en humo rodando la piel caprina cascos partidos
sacan chispas las crines alborotadas y las manos mueven
al concierto de la historia gozan de la muerte del poeta y temerán al escritor
asaltado por borrachos imberbes.

¿ Padre qué te dejaron en las heridas
si no será la solidaridad de tus palabras indigentes en busca de movimiento ?



La carne

Tres mañanas un nombre obediencia ciega
te conocen ahora
en el color de constelación
te revelan infinitos santuarios te adornan de luces los pies ya nadas en silencio
nuevos hijos
ya brillas con luz propia nuevas tempestades
gracias al olvido de tu carne.

Tres tardes
para continuar en sol te favorecen abrazos te festeja la intuición
y llevas corazón de tortuga en calma de vertiente
la sal fluye en tu sangre soberano
ya no hay que esperar
en tres amaneceres
la herida de la civilización.



Contra y sombra

La captura de un río en barcas de chonta exigiendo puñal en aortas festín de lagos
medusas muertas de frío tanta campana aquijotada esfuerza lenguas esmalte nieve de pestañas oblicuas permiten sonoras vocaciones en nieblas espesas
de viejos fumando pipa de negros que cierran los ojos cuando cantan y sangran en tanto cae el látigo nada, nunca… vendrá a conciliarme lo que has robado de mí
el cuerpo, la sangre y mis hijas canto y sangro
en la cabaña de hojas y converso siempre
en la sepultura.



Icor sangra palabras

rompe ventanas del casalicio
el blasón mantiene el honor de condes pero a los soldados en alquitara
poco a poco recogen joyas, corasí pica a través de la ropa
estulto repite a todos la dosis
tal intérlope trafica fiebres otro, amigo de Leviatán en sal devora marinos borrachos cocinados en paprika sofrita… rumian en el tangán los rones por tanela
los sacristanes en alta voz advierten el trisagio cobijados en cotón
para no envedijarse con los gallos.

Llega el momento de la exéresis a cambio de par gramos de oro mientras el isleño ríe
Lázaro vuelve a su tumba apoyado en su laya
sobre marlepán de madera apolillada los oyentes desconocen al padre
y llueven papiros en la mirada de tití biscos como quedaron
suben al haloque
en vitácora de río arriba hidrólogos e ictiófagos en lecho de mamíferos
escuchan el canto de las nulíparas regalando el periantio
a las razas en sueño de suelo cocinando tinapá
para los dioses tranquilos
escupiendo magistrales venenos
a todos los mamíferos conocidos.

Sin lastimar a nadie

Pestaña de monte donde yo canté
y prendí fuego a toda palabra que empieza
con nombre de mujer para jolgorio de ordeño en las especies mayores de tu agua virginal sabiduría que acompaña el rostro de siervo
nunca aprisionado
al término de dos vocales abiertas como piernas.
y alas de colibrí incendian edades
sus cuerpos no llevan más que el grito
verbo antiguo sin  posturas
e inservibles llantos cuando vuela tu cabellera
de siglo en siglo se va.



Alguien llega

Llega quién
trae fiebres aplausos de lejos
llega alguien no sabemos en dónde cae pero llega quién en miel no es besado sabemos ya qué distancia en gracia
baila en doble sin noche
sin quién
le ponga nombre nuevo
¿ ó ése alguien come sal ? quién olvida
tus pasos es lejos
bien lejos
en la desilusión
¿ no lo sabíamos ?
el veneno llega primero.



Tu voz

Donde tú pisas arena yo consigo amores
el escondite que me das está bajo el caracol
si tú adivinas
donde nombro tu piel darás cuenta
de mi destino tras los libros.

En frases ocultas
si tú adivinas la máscara de frágil día
sin tus besos vientos en la oscura senda lejos de tu voz
esperando al hijo inmortal.



La miel de los hombres

Sabías de los besos de reyes en aguas calientes de volcán para oír sólo riachuelos abrazan amores de piedra
en cuerpo de pan no lastiman retinas cada noche dibujándote
ó tentándote a la risa de piscina prisionera del viento
y de los rústicos amantes cobardes
tristes labriegos de vereda
solícitos besando tus arenas del dorado pedazos de caballeros sin fortuna veloces enternecidos en tus senos selectos de color piel quemada
entregan animales en vasija simulada todos a quienes te aman
en elección de varones vestigios
la misma trampa tejida te pintarán en las frías mieles dedicada
a los nombres y a los hombres que poseen desiertas retinas
ciertas costuras de cocina quemada
sin aprender a castigar las uñas llantos tras lagos en rostro de monte
¿ qué calor notaste de mis besos ?
en la mirada de ciego tonto
la sonrisa vertical que esconde tu cuerpo ante, aquella mirada de adolescente triste observándome en cada cabello ido
a través de tu placer… ínclito y viejo que entre tu y yo…
el volcán
entregará sus vertientes de azufre a la muchacha enamorada
que sin tocarla ni conocerla…
me prefiere más.



Los amigos abandonan


Seducción del territorio lengua de lenguas
en el mejor abecedario ventanas amalgamadas al diestro pincel
en fuga de ladridos conocidos
atravesando el nervio más la despedida
no será necesaria
si escogiste pensar la huella falsificada que habla de tu fibra y reclama componer
la pierna rota
certeza de los años
que nunca atreverás tocar hasta saltar
el charco de memoria.



Novia fértil

Agraciada en luces de esquina libre ríes al pié de éste ombligo regalo mayor ofrezco
antes que tus lágrimas pierdan el camino de vuelta cobijaré los caminos en blanca tela converso a mi sombra
más allá de la orilla qué madrugada… qué noche…
velarás tu o yo
a favor de los gritos.

Todos viajan menos yo involucrado en vacíos no olvido la broma
en bebida de cobre por eso no te toco sólo prometo hendir
lo más viejo de mi ser ocasión para romper
el velo
salpicado en ostias
y benditas sales cristianas
¿ Te convenceré sombra ?

No contestes.
Atrevido soy y tu carne joven sedienta llama
el vino de violación.



La despedida ‘

Bailamos ancianos de vino luego en la oscuridad
en vano bailas cuerpo tu fatal manera
de desilusión a los espejos
si entre las ventanas y las puertas eres la figura de la nada
aunque en sueños atrevida eres golondrina caníbal diestra a partir en humos
ligera en baños de otros olores caminas misteriosa en la luz
en afán de cariño arboleda tras las ramas y las máscaras me encontrarás desnudo y feliz.



Yo te vi en el río

Una vez lo mejor diste en tu partida de joven… de nuevo ya no estás
para compartir aguas y festejos.

Ya no veo lo mismo
tu nombre solo recita encuentros en la ciudad marchita
con sus vicios y alquitaras intentan quitarme el recuerdo
parido en conversas de impulso astral ven de una vez, acércate…
ven a decirme
que todo está bien.


Ya te reconozco en la cautividad
son tres tiempos de cerradura somos de espalda al sol sin barca.

Por lo tanto no escribiré en el bar de bestias
en vuelo sorprenderé tu traje…
alejándose en ríos melodías
lo que me confundió a quererte cuando el sol
sale abrazado de niebla.



Si tu nombre fuera de madera

Años… otros santos demonios en hermandad declarada
la sinfonía de la mentira trampa de la fé
la sentencia
que intenta en vano callar en esta voz la luz, altura y gravidez de intocable en el cobijo de mi madre.

Sin conocer tu llanto luciérnagas quemadas nuevas flores del volcán, celebran otra fiesta.

Quema la pluma y la escama pez ave salta al mediodía quema la pluma y la escama en busca de nueva lluvia.



La gloria sin aleluya

Camino piedra de basalto
recoges a los guerreros en las fortalezas suspiros y velas
la esquirla salta a los cuerpos
lagos de sangre atreven al ciego viento
en la penumbra de cebollas
cantos de leviatán dictan la sentencia y el aire trepa en puro veneno
en ira despótica de ojos rasgados de sonrisa presidencial.

Quita toda duda la fotografía, en otro continente
es más rápido respirar
sobre cadáveres guerrilleros olvidados, la cruz ayudó
en favor de propios dioses que dan la vida de rostro los huesos rotos cantan
la gloria sin aleluya
la vida en carne y a la muerte
en otra batalla presente la retaré.



Peine de sombra

Abierta cáscara de miradas opuestas sobre el santuario alto,
las nubes en saliva de cúpulas abrazan fríos bronces callados
la gemela comisura de la semilla vertiente de vida
certero encanto dirigido al cielo.

Reconoce origen
la cabellera agitada el mar furioso
de puro placer
en rasguños de discos vertebrados, mordeduras medidas
de la necia moral rota que no hay demonios en mi cabeza.


El espacio abre, la cáscara, diferentes miradas
rompen holgaduras con el pulgar
intentan repetidas veces arreglar el cabello
en la sombra
ya que la luz de los espejos no compara ni refleja
esta unión del viento en busca de la flor.




Sin Trajes

Moriré sólo
el barrio no dirá
lo que grité y canté alegrías y mujeres despido por ésta vez la decisión adversa
en muestra de cielo amparo de boca narcótica que no espera, nada
por eso muerto vengo de nación atajo al peldaño maldito
en sonrisa de perro déjame ver, déjame ir,
a rápidos pasos de caballo escupiendo a todos los dioses
eso te incluye a ti demonio
a cultivar mi tumba de ciprés a borrar la fecha geodésica
de nacimiento en huracanes para sanar las heridas
de los ángeles.



Notas de lectura para el autor

Cierto es que la hojarasca obedece a la mano india que guía su destino
al compás y silbido del viento que en su roce
en las copas de los eucaliptos
calla a la hierba junto a las vacas.


Entonces es tu sombra la que cambia
no escatimas la pluma no desperdicias la vida, agóbiate si es necesario
que es más libertad
el vuelo, a toda prisa
y que no nos sorprenda el duende
en la lujuria propia.

Con derecho
a mantener sobria a la luna
se escapa fuera de todo signo zodiacal que predetermina
la línea a seguir prefiero la venda
y el precipicio a un lado
y la bebida al otro.

Quinto día de luna llueve por la mañana remoja tu garganta de tierra virgen
que el precipicio quedó atrás.



A mi pequeña hija Sofía

Repito tu tristeza en cada paso y no puedo olvidar
el susurro de fantasmas que nos separan
a voluntad de maldad
el atrevimiento a la soledad sin encontrar libertad
sin remediar la situación
pequeña mía sin querer te daño en tierna edad
ya eres poetisa de la tristeza en la mirada de tu padre.

Llegará el día
a través del arcoiris
que imaginamos con origen de oro la mentira obligada
la repetición de la misma canción en doble compás de luna
para mi pequeña vida que abandono
por alboroto de locas plumas en mi cabeza
de enfurecido animal.



Si crees necesario grita

Baila en alcohol fuego, hazlo sin demora
alcanza el orgasmo de la palabra el papel obliga la entrega
el curso de la estirpe
en trayectos de estrella. No detengas la mirada
donde cae el meteorito
tú no eres efímero como él deletrea las grandes estrellas demórate en ellas
como al comienzo de tu infancia,
ahí está el fuego interior lo que siempre buscas
en tus caminatas solitarias
esa duda
ese filo de navaja
que no define su cuento.

Se prolonga
el abyecto camino
por la inconmensurable lámina de acero terrenal que brilla
cuando la gota de sangre salpica al corazón abierto de la bondad
la pasión
y el dolor.



Carnaval

Vientos de carnaval mojadme a mí
en mi próxima morada lejos yéndome respiraré
a mis amigos quindes tristes.

Cuando Ecuador ya no cobijes
mis pies de alpargatas
en este frío noche de océano quedo callado
y nadie sonríe porque soy de maíz.



Uña de diente

Son noches de viejos escribanos
uno de ellos en bondad de inmolación en la misma escuela
escribe y bebe en las cornisas de sábado cruel de miel
en percance de fiesta terminada.

La casa y su dueño pierden al guardián
¿ Qué enemigos retan ?
¿ Qué amigos gritan sin conocer la ventura ?
y así atreves
ofenderme sin apóstoles, así preparas nueva trampa con billete de águila
nuevos daños ancestrales grados de malicia
de mentira y verbo más nunca podrán romper la piedra,
más nunca lograrán
quitarnos las estrellas.

En años diez piedra de piedras llamas y lágrimas eres
encierras lo mejor del monte en calor y en frío
sólo amarás por hoy a la lluvia mañana serás piedra ceniza calmando otras angustias terrenales.

Soy piedra
advierto… no me toques.



El corte de la investidura afiligrana

La llama en goce se repite el agua en pos de orgullo gana la sequedad leve, lame huesos el alcohol
ante la llamada de alcanfores contesta el solitario
lágrimas negras en asientos los secretos del pariente develados al viento
en batalla brilla
al compás de hipocampo.

Así amigo, basta para tí, sólo añadir un látigo
de sobremesa
un relámpago de ausencia
en viernes miedo de multitudes en erotismo de tallas tántricas
a todos los necios entregados al reflejo
brillo certero de asesino.



Otra vida en voz es mía

Escenario de raíces masticatorio de hojas y hojas vienen lejos del frío
tu novia, la mía y el trago nos juntan a la vez,
ya no hay más ira, amigos arrepentidos en dolor de huesos huyen de rodillas,
de espaldas a la rumba eterna.
¿ Qué presagio vierto sin amores ?

Veloz te acompaño
en las puertas del páramo cerradas por caballos cantan sones cuerdas maestría tuya de corazón
en mano guitarra
fabulando los cuentos del charco los parques nocturnos
y el Chiles coronando estrellas sin espejos glaciares azules que reflejen tu silueta de abril.


No hay mar que lleve tu caracola al fin
ofrenda misteriosa quillasinga canta en las vertientes minerales vuelan en tus jardines
nidos de quriquinguis en frailejones pluma sobre pluma
reencarna ya tu voz.



SEGUNDO CAPÍTULO

LA MUJER DEL SUEÑO VUELO.

Mapola, es la mujer de la virtud preñada de risa
lleva en su reino muchos dioses aquellos engendros
necesitados de senos que de beso en mordida se llevaron todo de ella.

Yo, soy el vuelo...
aquí habla el vuelo, en tenor... de cacique...
que obedezcan los súbditos, lancen plegarias
los sacerdotes junto a las putas,
los mendigos tuertos que se asemejan
en calma y alegría furia a mi yo maldito.

Aléjate de mí,
ya sabes de mi ira lleno de odio y rencor sólo engendraré para ti demonios.


Libérate de las cadenas mías y se tú... mujer, mujer.