A mi edad descubro que ha sido
bella buena bondadosa la vida con mi vida.
11 años
mi primer crimen y castigo: me
hago íntimo de Rokalnikof
13 años
me inauguro con una puta
horrible desdentada voy a chuparle los senos y me echa leche dulce a la cara señal de estar embarazada
15 años
pierdo el año en la
secundaria: pésimo estudiante de preceptiva literaria
17 años
preño a mi novia me tengo que
casar: tremenda bigamia, casado estoy ya
con la poesía
19 años
me consideran el Rimbaud
ecuatoriano infante terrible empiezan mis delirios de bajeza
23 años
primer ataque psicótico:
inicio una larga carrera de encierros en centros de rehabilitación,
cárceles y siquiátricos
27 años
dos hermosos hijos, tres grandes libros. Edgar Alan Poe está en mi
sangre me envían a un centro carcelario: buen tiempo para la lectura
29 años
salgo a sepultar a mi madre: muere con una pierna menos no
logro sepultar mis demonios
30 años
muere de tristeza mi hermana
obrera, por sindicalista la fábrica la
despide
32 años
en sano juicio publico Sano
Juicio mis peores versos
34 años
celebro mi cumpleaños en
Argentina con niños sicarios en rehabilitación estoy en una pasantía como
socioterapeuta
35 años
en Cali soy expulsado como
misionero cristiano a escondidas de
Dios me encuentran leyendo a Camus
36 años
me sacan de un sanatorio para
sepultar a un sepulturero: mi padre
38 años
en el callejón del diablo cosen
mi cuerpo con 17 puñaladas pero no mi alma disoluta
40 años
17 puñaladas no son nada
conozco la fama el amor sobre todo conozco a Isabel.
42 años
veinte pastillas diarias pabellón de larga estancia
del siquiátrico: escribo Crónico. Visitas de mis muertos, de la Guerrera y unos pocos vivos
43 años
matan a mi hermano de un
infarto: no les conviene a los mediocres pusilánimes, él tiene mucho para dar
44 años
vivo en la montaña, una calle
de Guapulo
un departamento frente al
cielo
una mujer y el talento en
perfectas condiciones
una gata adoptada para
sentirnos buenos
escuchamos jazz salsa y nadie
molesta
es bella buena bondadosa la
vida con mi vida
Luiggi Stornaiolo me invita a
una cena