Andrés Villalba Becdach / You don´t fool me




Narcotizar con alucinación de profundidad la saudade: esta blanca pared que crece y crece es mi única morfina aurora en la vena La autarquía se reduce al engranaje de pérdidas y goles en contra El comején iridiscente es una canoa en tu vientre: cae a la cocción del pupo El oleaje asciende: se crispa en el pubis hasta que es engullida por el milagro labiar crepusculario: el clítoris es un tótem de mucílago: sangre de esmeralda que se deshace hasta ser seca sustancia regenerada en atún sierrilla anguila agua mala eso es tu sexo: la llovizna de un sol agónico: el hervidero de la ola Alcohol Prefiero la espuma del día: ese perro enfermo Los espinos que dibuja el arrecife son animalitos del viento ¿Cuándo brotan orquídeas de las ruinas? Extraño tu cuerito cuerazo cuerísimo moreno mío indomable y arisco ahora que hay ríos de brea en la espalda y las alergias se diseminan en la sangre La silueta de ese pájaro de zinc en la cornisa tiñe mi asombro tiene mi iluso estupor La imaginación va atada a la melancolía Un batracio furioso ronca dentro mío Lo fatal sí es esencial a toda mirada El cruel miramiento de la libélula y su tarjeta roja no mienten: es culpable cuánta droga qué clase de cojuda qué fea por culpa de esa cabroncilla me censuraron la realidad en italia Adentro siempre me ronca un vergajo enfermo Lo malo son las verbenas sublimadas en imperecederas orgías con ese individuo Pero cuántas putas pululan a media cuadra: uno extiende la mano y la mordedura tentativa del prójimo sirve para claudicar hasta nunca más conmiserarse Sigo abolladito porque ayer tuve sexo con una tía abuela que tenía sólo una teta ¿Y dónde nos espera ese ovillo hermético de gozo que tuvimos cuando el funambulismo iba del pulmón a la costilla de la vísceras al hígado? El tatuaje de tus babas y dientes en el momento que muerden mi pecho Una semanita contigo es igual a siete años de casado ¿Campanita originale caraqueña tanasi dónde estás? Tus tetitas impares como los ojos de tom york: un acetato y un minidisc girando los dos: él es una iguana que come algas bajo el agua No me odies marico marico tu naricita rota marico tenías veinte añitos y mis rodillas sesenta lijadas en el rebrote del colchón No se dejó fertilizar el esqueleto en llamas que siempre llevaba en las manos Esto digo inclinado y con el plumero del fuete en los confesionarios de agosto Son paraísos y parásitos los extravíos cuando bebía néctar viscoso de rosas en las cicatrices de tus nalgas: tenías tatuada una cerda en la axila David helgott imagina que toca el piano concerto 3 de rajmáninov con las colillas de su tristeza en el manicomio Qué curioso ayer me encontré con freddy mercury santiguándose y saliendo de una confesión en la iglesia de san blas y me preguntó: ¿qué más loco dónde está la estación de los trenes hacia la antártida? (de jovencito yo quería ser como mercury y me disfrazaba como él: pero no llegué a ser ni gay) Lo sublime existe: la belleza es masticable como las frutas de agua que son una corona en tu pelo Como el corazón que es un pajarito desplumado que muere de frío en mi mano y grita: You don’t fool me Hablo de los deberes que nunca cumplí de los rompecabezas de macho man que nunca terminé de los grifos abiertos para mojar los relojes de la casa De un árbol con un cardumen de niños ahorcados Deberíamos reproducirnos más entre ecuas y mexicas para ver qué engendro sale La salmonela del inodoro no es para mí murciélago Lamentable: sigo en la vicisitud tenebrosa de conseguir trabajo: el riesgo es que me lo den.