Eulalia Moscoso

A mi hijo Pablo Moscoso
Cuenca, Noviembre del 2006, fecha de su partida


Papo

Libre como el viento, corcél arabe y salvaje fuiste en la vida. Nada te pudo atrapar. Viajaste por espacios siderales y descendiste vertiginosamente, pequeño colibrí, a posarte por instantes en alelíes en flor.

Así naciste hijo mio, y así moriste. Hijo de la Luz, regresaste a ella porque todo aquí te quedo pequeño, llegando el día en que "nada ni nadie nos puede detener" como dice el poeta; arcilla indócil, como dice otro, jugaste con ella y la volviste dócil, esculturaste a tu capricho y cual reflejo de tu origen, salieron en tropel de tus manos, creados con tu humano aliento, caballos, pegasos, minotauros, shamanes y guerreros, arlequines, payasos y morsas, bailarines que en un pie estan en equilibrio, el indio por 500 años crucificado, el príncipe Onaris y la frágil gacela, atropelladamente salieron a quedarse petrificados al verte partir sin ya regreso, como hijos que no pudieron detenerte. Impertérrritos 3 rostros esperaban que vinieras a darles tu soplo, melodía inconclusa Mercedes Caguango, Manuela Saenz y Nela Martinez en la universidad de tu Cuenca, otro tomará la posta y cumplira con tu anhelo; tú ya en la plenitud de la esencia, porque Él, cazador furtivo te llevó en el preciso instante, ni antes ni despues, porque te amó y te quiso consigo.


HIJO
Cuenca, Noviembre del 2007, a los 12 meses de su partida

 

La lluvia moja tu nombre


Y en la pertinaz llovizna de mi alma


se desdibuja tu figura,


de tanto pensarte, ya no pienso


y la espera es en vano


pasan los días, los meses.....no llegas,


mentira que el tiempo se hace olvido,


al olvido no lo conozco


al tiempo si le reclamo,


las noches una tras otra


no dan lugar a la aurora.


Si,


he de sentirte así,


para toda la vida


te amo tanto......