Andrés Villalba Becdach / Drenaje I



La poesía no sirve para nada Poetry makes nothing happen No problem: los muslos siguen abiertos ad infínitum La palabra muñón en mi cabeza es tierna: a mi abuelo le cortaron la pierna desde la rodilla: disfrazaba su muñón de títere y lo sacaba desde la hamaca para divertirme Decía: tushito ven ya llegó el e.t. Los sesos drenados el cuerpo yermo allá el polvillo del arrebol desquiciando los sesos de los petirrojos La moledura es el objetivo la demencia todavía Aquí el árbol donde nos ahorcamos a diario para venir a parar en esto: sus aguacates son tristes estrellas: el néctar de la cirrosis el feto cutre de nuestras palomas Yo dije mamá no te fumes no te fumes no te fumes mi marihuana Hay algarabía de insectos en mis pulmones Pero la madre cogida como los dioses durante toda la noche después de la paliza ni si quiera notó la desesperación del niño y perdió los estribos como una yegua Recordó la enorme verga de su marido que explicaba su conformidad con un destino de casi maestra y el riesgo de la apretada cerca Era de madrugada yo repetía: ¿papá dónde estás? y sólo oía cómo reptaban las iguanas en el techo de la choza: mi padre recibía medallas de bambalina por ser el mejor bailarín de salsa y follaba con unas morenitas espectaculares en atacames Nunca vi un puente más endeble y tenebroso como el de atacames Dije tía no te dejes enterrar levántate llévame contigo o pírate pero nunca respondiste: eras feliz cuando te sometían Y quizá la muerte venga cuando los aretes de una hermosa gordita se incrusten y te desgarren el cachete durante el coito Pero para eyacular necesito la lengua de c y de m y de s de a y de j y de f y n y de l y de p El mundo siempre gira alrededor del falo Y ahí donde el espectáculo continúa es donde debo morir: cuando se avive el carbón de la guerra en la quietud del bosque El cabrón de la entrepierna es el que no puede morir El blues de las lápidas las guitarras que suenan como las piedras de tus ríos ¿quién vomitó en la pecera? Perros que se orinan en la memoria cuando me quedo con la alhaja llena de herramientas oxidada y tus maletas días después llenas de arena La violencia de los paisajes de la infancia son un pájaro de hielo en las manos: la infancia es el territorio donde todo transcurre La cacofonía del recuerdo una sinfonía de graznidos hasta que salen espinas del oído como globos rojos Cadenas de mujeres que se pierden dentro de otras: por cada conchita hay una flor que es una biblia quemada en el bolsillo del pudor del ego: el eggo se derrite en los pechos de mis suripantas: no se fríe Lluvia que no salda las cuentas cuando abro la boca y la lengua es un lagarto insaciable ¿La lluvia es sinónimo de enfermedad o algarabía? El gusano siempre está en uno el gusano que se te parece y es una aguja en las venas Esta es mi cárcel en el desierto esta es mi cárcel en el desierto esta es mi cárcel en el desierto Todos los moscos que salen de mis palabras y dejan sus larvas en el silabeo Hay que silabear al mundo en un ejercicio diáfano Digo relámpago y la página oscurece MIS ENFERMERAS HAN MUERTO Cierro los ojos mientras los ojos se suspenden en la imagen que no llega El ojo apenas extrae el beso de lo que se dice: algo se altera en la obsesión del ojo La lengua es ajena sin ajenjo demasiada gente alrededor de la misma lengua Nuestra cama como un oasis de hospital donde renuevo mi fracaso Extiendo el abanico de la derrota por misericordia al capullo que estiba y usurpa su cerebro en el espejo Cambiaría todas mis herencias toda esta ceniza estelar por cinco minutos en un manglar de pierniabiertas que se asfixian en el deseo Falló la operación falló la operación falló la operación: falo falo falo falini faloameno feíto que sabe amar falopino falo falopesco falito falítico fumable fumón falo falopero fome falototote falitititito filipino fulminante fuente de fantasía La nieve en mis lentes es estrella es una cruz que pira que epúa que puya en la pupila tenebrosa del deseo Pero esto no es verdad nunca es verdad y sólo reverdece el moho en los labios de las mujeres que no acudieron al desgaste: el malogrado rastrilleo de los cuerpos: la herrumbre de los gemidos que no existieron En el vicio de sus coñitos hay orquídeas salvajes hay planetas donde el delirio es un tiburón pirándose: me chupo el dedo cuando sabe a coño Sacra menstruación de las casas y templos donde dormí El hígado de un pajarito en mi plato El chuchaqui y su cutis de víbora cuando duermo en mi zapato: kilos de aspirinas y  jarras de alka selzer Hoteles bulines cubiles donde las mujeres pierden su tuétano: en sus ojos hay estrellas como catedrales para la ruina diaria Habitaciones donde el azar es un pantera que nos enseña a perder: Acuérdate que la mirada tiene leones Y nunca estuvo el mar debajo del asfalto: nunca Tú dirías quiero nuca nuca nuquita La escritura no es un pájaro: no ves no entiendes no aprendes no aceptas no muerdes que la palabra es un pájaro que muere La pared de la hoja no existe Ya tengo 1091 palabras Lo que existe es el antropoide de la locura La maldita devoción que triunfa sobre el deseo El espíritu sobre la antropofagia Los pezones que se derriten antes de llegar al techo Los piercings alevosos en las tetillas de esa mocosa que no se deja hundir la impudicia para que aprenda a aullar la realidad desde la cornisa del otro litro de la muerte Han pasado once años desde que me cuarteé el cráneo por ti cuando se me cayó encima la losa de una canción: lo que radia esta noche es especial sobre el lago resplandece, esperaba una tenue aparición nebulosa como siempre imaginé su rostro vívido cuando está oscuro todo empieza a verse más claro en mi constelación Siempre iluso este bacanal está lleno de renglones tachados: mi universo es un boceto diluido Yo pensaba yo sabía que tu exuberancia e indomable desnudez alteaban como la cola de un pez inasible y que tu padre es la demencia vital cristalizada en su lúcida hipérbole ¿Qué pasó dime miénteme pon los capiteles del alba en esta página ten piedad qué pasó te ruego qué qué qué después de tantos tantos tantos tantos tantos años? Una bata japonesa para cubrir tus lágrimas Las lágrimas no mienten: son niñas.