Salomón Cuesta Zapata






MOMIAS


Hasta las momias en Ecuador resultan prosaicas.

     Yo esperaba que el sujeto, que después se momificó, haya sido asesinado con cianuro o apuñalado y antes emasculado; que su cuerpo haya sido frotado con cinabrio para matar la sarna y los démonos que lo poseían, o que le hubieran emparedado vivo por adultero y que su novio haya dejado una prenda de seda dentro de su última morada (aunque como cura no era adúltero en estricto sensualismo); que su agonía entre las paredes, haya sido eterna, y que tenga las uñas destrozadas al raspar la pared, y que haya utilizado sus uñas para esculpir el nombre del asesino.

     ¡Nada! Nada realmente digno de tanto cuento fantástico que satura la cotidianidad de nosotros los humanos comunes y silvestres, que buscamos en la lectura las aventuras que no podemos realizar.

     ¡Qué asco! Tanto escándalo para una muerte tan prosaica.

1/feb/2019