MOMIAS
Hasta las momias en Ecuador resultan prosaicas.
Yo esperaba que el sujeto, que después se momificó, haya sido
asesinado con cianuro o apuñalado y antes emasculado; que su cuerpo haya sido
frotado con cinabrio para matar la sarna y los démonos que lo poseían, o que le
hubieran emparedado vivo por adultero y que su novio haya dejado una prenda de
seda dentro de su última morada (aunque como cura no era adúltero en estricto
sensualismo); que su agonía entre las paredes, haya sido eterna, y que tenga
las uñas destrozadas al raspar la pared, y que haya utilizado sus uñas para
esculpir el nombre del asesino.
¡Nada! Nada realmente digno de tanto cuento fantástico que
satura la cotidianidad de nosotros los humanos comunes y silvestres, que
buscamos en la lectura las aventuras que no podemos realizar.
¡Qué asco! Tanto escándalo para una muerte tan prosaica.
1/feb/2019