Hemos
firmado un contrato donde el clima no
tiene
potestad. Ni las lunas de la historia, ni las
manzanas
podridas en las que podemos
nadar
dentro, como hermosos gusanos
de
las manzanitas de dios.
Te
escribo esto con falta de aire:
dicen
que los andinos tenemos los pulmones
más
grandes, yo digo: cerebro menos oxigenado,
por
eso creemos que nosotros mismos nos salvaremos de la tristeza.
Alguien,
al final de la obra dice:
Es
que el poeta está enamorado de la vida, pobrecito, déjenlo.
Yo
aplaudiría como si fuera un helecho,
hasta
que se me caigan las esporas.
Esta
página camina sin que ninguno de nosotros importe,
Eso
me alegra. Ella rige, ella (la página, el dibujo de la página)
es
más fuerte que los creyentes del vacío.
Escribo
entonces porque no me lo creo,
porque
podría dejar de hacerlo (sí, claro).
Escribo
porque dios se quedó dormido en un establo
hace
como mil quinientos cien años, y tu
cabellera
no brilla de debilidad, si no de futuro.
Dijese:
yo te veo desde el mismo espejo en el
que
la nieve se petrifica, como un infante muerto
mucho
antes de la memoria,
antes
de verte a ti misma como un niño dentro de otro niño.
Pero
yo veo la nieve que te ve, y todos
los
espejos son esa nieve, ya sin niños.
Disculpad:
soy una sombra concreta
que
cría huesos en la mitad del rito:
disculpad,
quise decir del río, de todos los ríos:
soy
la mitad de lo que te invento
y
la mitad de lo que no nos pertenece.
No
hay escapatoria, pero sigue aquí,
sangrando
mientras dios duerme:
produce
puertas al infinito que son más rápidas
que
esta página.
Soy,
al final de la sala, un ángel de este mundo,
regodeado
en la fiesta del fango,
soy
la salvación que buscarías si no amare mi perdición.
Entonces
quiero abrazarnos, decirnos que todo esto es mentira y terrorífico.
Decirte,
que yo también soy presa de la inmediatez, pero vivo como un ave
que
se incendia en el medio del oxígeno.
El
inicio del terror del mundo aún pesa. Sí, la vida es una mala broma,
pero
te das cuenta, hasta el hartazgo, y dices Bienvenida,
así
estés ciego, así estés ciego a voluntad.
Bienvenida.