Las
tres alegrías del cielo
Sobre la mesa descansan
una es viento cálido
nocturno la otra se cobija de nubes
la tercera palpita en
busca de luna son tres alegorías
que quieren llegar al mar
en desorden y de urgencia
para cantar a la caracola
las columnas de marfil
de sueño marinero estival
grito
de la mañana blanca y
solitaria somos caballos de mar en busca de la piel de sal.
Cobre
tu piel
Sed de anaconda
tus copas en verde calculas
ciega despliegas territorios y túneles te enredas
con palabras del viento por cada huella en la arena
en costuras de cangrejo y rastros de luciérnaga.
Sin mentir retrocedo la tarde
… dos copas rotas… busco alimento de voces salto
charcos de barrio
y la verdad se esconde cuando niño en las garras
del oso mojado
decido crecer con antifaz pisando las orquídeas
azules en montañas nieblas
… tres copas rotas... huyo de la cantina
pierdo el nombre y billetes
en los cuerpos de cobre
se fija la vela con esos talismanes
que se van en vida
en puro hueso arrodillado
para dejarme frágil ante las sombras.
No sin ruido, las calles maldicen laten tus
pérdidas de lengua pues gritan aguas mayores
tu edad de bohemio pasional cristales de ventaja
esparcidos dando para ti el color y la brillantez de la mejor palabra de puñal
hace siglos escrita
por esta mano de fuegos
ó venenos últimos de herencia bajo el árbol de
cien años
que invita a todos a
conversar menos al que los ojos de pirata lo bañaron la piel en cobre .
Lagos
y páramos tu rostro
Palmos frescos de hierba relámpagos al caminar
trigo dorado a la boca del viento el desvarío de
trinos
al parecer silbo de olas
sonrientes en la mordida de la naranja dulce salpican pequeños soles
en las mejillas blancas
de las ceibas.
En la otra orilla
al compás de clavicordio,
sino te olvido
será porque el agua tuya
se alimenta de los ojos desnudos de los viajeros
desamparados tomas sus almas
y soplas un fogón de corazones.
En lluvia con rayos llaman
a la negra piedra de
basalto en lagunas y frailejones donde tus aguas
siguen congelándose
esperando la luz intensa
de una estrella
que caiga en tu mirar y ponerte un nombre bella
mujer
besar tu cuerpo quiero…
antes de bautizarte entre tú y los otros.
¿
Porqué nadie reclama la risa ?
Irónico al temple
el caballero de los planisferios en saludo
soberano
por generación en batallas comandando fuerzas de
territorio en la misma casa de incario
en el dolor de la derrota sobre luz de protocolo
en olor de indios y
negros calor repartido
por las calles barrocas
cruzadas en esperantos
de crisálidas abiertas
por testimonios de monasterio burbújas que saltan
ventanas escupiendo demonios blancos que nosotros en otro solsticio en baile de
piedras
no olvidamos la última gota del cacique
desmembrado en las hojas de oriente
el hueso mayor en
plenitud saltará en escritura amerindia el hermoso brillo de hermano en rostro
encontrando al padre
cacique mayor de tu fuerza.
Llega
a tocar mi ventana
Con todos los besos alcanza mi pubis
con tu parafraseo de lengua estremece mi pecho
con tu dactilar mano
aprieta este falo
con tu rauda cabellera
confunde mi fauna
Así, cada día,
hasta terminar en el suelo como animales
obligados a buscar el
noveno orificio declarando al cuerpo
cambio, definitivo
orgasmo, obsesión que no esquiva
que tienta la forma de la
sonrisa vertical
la caricia que se hace
larga, pausada, tranquila flor
para deshojar pétalo a pétalo
tu escondido rincón intocado…
olvidado por las caricias.
Antro
Noche primera…
nuevo calabozo
sin desfallecer ante la
repugnancia resuelta y sin temor
busqué el valor y la
fuerza en las próximas desgracias.
atravieza la reja oxidada
la débil claridad compañera de siempre…
pesadas noches de
insomnio sin nombrar tu rango
ni la estatura de tu sangre.
Que vigilen otros batallones sin territorio que
en adelante
es nuestra la victoria,
ordenen provincianos la opresión
que el destino nuestro no tiene dueño porque
centinelas malditos
recogieron tus ademanes y
testimonios en pié de letra, dicen…
! más pobres hombres !
forzados guardianes
su corazón de presidiario
fue más puro que el de sus amos.
Cumplen su deber
a espaldas de verdugos y gritan, gritan
que el sueño pertenece a
la mujer que siempre dio todo por todos... finjo pues en días
tristeza absoluta
que todos pueden ofender…
los enemigos,
me darán títulos,
así, en tiempo de memorias que no soy conde ni
marqués para decidir y hablar
de mi corazón generoso y bueno.
Golpe
de frío
Holgazara de llantos tempestad de ronquidos pié
envuelto en graderíos la miseria de tu voz encima de la argolla rota
como decapitado en loma bañado en saliva propia
enumerando la memoria digital, electricidad de nervios
inquietas carnes
en otros menesteres jugo de tierra
en diálogo a muerte entre
dioses.
Los placeres de emergencia saltan a las mejillas
de rojo verbo
en la hermosura
que cobija y cubre en humedad tu piel de salvaje
mujer
en despedida hacia la calle.
Sí, recordaré tus senos escondido en la madrugada
te nombré, bauticé tu sexo en caricias inmortales
lenguas que arañan telas rotas ocasos de ciertas
manías de muerte resbalando en vellos rubios
con ternura de mozo
desdeñando pasiones
en tenues lanzas de
mestizo, raza de incertidumbre
repudiada por la vestimenta de hilos dorados
dios en tus pestañas abrazado escapa al nombre
del hombre, en huesos de amante fraterno
protector de tu débil
cabalgadura de necio en mirada de bestia
que reconoce el movimiento de tu ausencia .
Canción
de árboles
Has visto esta mirada atrevida soy pasajero
huérfano en lenteja mamando ríos buenos, todos buenos, en oscuridad olvidado de
la ceguez
y amigos contagiados de
fiesta cantan con la voz y los huesos
diestro amigo de
bebida encuentra al barrio
deja poemas
único propósito de olvidar el rostro en el
próximo destierro de amor vengo con especies
papeles de papeles blancos la vocación de lenguas
tengo encanto y tesoro
por lo tanto acompañarme todos aprendo de llagas
necias
otro animal
que he perdido en
lágrimas la vejez de la noche
que me bota de su abrazo.
Espérame por lo tanto.
Que ya soy noche.
Sin
conversar tras la merienda
El mismo amigo corazón del tejado cauto en leña
y demasiado ritmo limpia
la lengua
en ramajes dulces esperando
el suicidio de aves.
No estoy solo, pues tengo paz, lamento limón
obituario de agua clara
abrazos en paila de hielo
ó eres melliza de este
pecho de litoral azul poema
dando y dando a las frutas
los olvidados escritos orgasmos.
Sí eres bella.
Otro carnaval bailará la
máscara esta vez mis ojos
donarán un río y a cambio
tus besos serán nubes de mis mejillas.
Dos
vueltas
Repito en cada traste dueño soy del tiempo emerjo
entre noche y noche siendo joven mentiroso
porque aquel hotel, no
sirvió, para tales propósitos,
de ventajoso predispuesto a morir
sin causar daño a la madera ni a la tierra
por lo tanto resuelvo,
así, ser intocable,
profano en recavar noches
bien llevo de soledad
sin importancia al olvido
y en edad, mitad de vida,
doy cuenta del dolor que me aqueja
!He perdido el amor! Pero sin embargo persisto de
mentiroso.
La
pluma de la serpiente… busca.
Aguzar tu sentimiento, ahora, en la agonía que
cae en hojas a manera de gotas secas
en tiempos, pausas y
silencios la escritura
a premura del cálido
beso
que pretende culminar en tí, como profecía…
abierta de tus manos y tu
cuerpo bondadosa y generosa.
Aprieto los nudos paso las hojas
rezo de noctámbulo a
secas sorbo
el vuelo,
la fiebre de reconocer en
la selva
el anillo que llena la
vasija
el agua salta
de mansedumbre en otras
épocas.
Brilla
la noche
El vino mancha tu ombligo dos ríos bebemos
a los cuerpos alcanzo tu
fragilidad
tú te alejas sin tocarme
todavía tengo el aroma
de la sonrisa vertical desnuda.
Ya no veo tu rostro
ni tengo aire de transeúnte detesto los tedios
más respiro caminos y atajos en las casas de
amigos buenos los viernes con mujer
no se repiten a la semana.
De repente encuentro
el consuelo de estar sólo y muerto compartiendo
dolores de tía abuela ida sin preguntar si tu mirada es bella tropiezo en el
mismo precipicio
la sombra de manos hierbas atreven a las voces
dar paz nadan en periferie de luna
ni mitad de mundo ni
latitud cero bebiendo en mares de sangre
y putas infectadas de
calor en la casas inundadas,
la última morada en cristales
de víbora mordiendo todas
mis raíces del mal tiempo, de tu ombligo.
Desde
la otra orilla
Día de acomodar los huesos cuerdas locas
hacia la ventana salen caminos
de calor abrazo fiel en
sonrisa bella
por la noche consagrada
títulos de madera
en escritos de joven
untando el cuerpo
de placeres nuevos llevando libros de viajero
bajo dosis puras
del valle verde
afán de barros y pueblos
sin enojo de lluvia
la última gota del río y
la primera piedra
en los ombligos
de los buenos amigos bendicen y protegen árboles
de bambú
en la puerta
están los jardines abiertos de la alegría viva,
y tu sombra en el lecho
quema de soledad.
Detén
tu paso.
El pétalo yerto caerá en los labios dará sombra
al espejo noctámbulo
de la ira encajada en la mejilla de tu necedad
abierta camisa descosida al poro
de la sangrante piel.
Detén tu paso. Solitario
Emerges de la oscuridad
a bañarte con las candelillas
para dar vuelta a los vasos atenta de luz la
mañana
a cualquier desborde…
si alguien te llama, no
ocultes la hoja
que cubre tu pensamiento
de la hora cero,
la melodía del viejo viento
que acaricia su muerte en
el desván en el desorden de la palidez
seis maneras de atacar en
la esquina del beso
los pasos.
Viejo
amigo, no atrevo
Esta vez de amianto frío
las cuerdas suenan al revés picadura de alta vena
golpean la puerta
por nuestros rostros
caminos de vino bello
ya no seguimos a nadie,
a nadie que sea de sangre
a nadie de loma incauta
en sol nos dice
que huesos nuestros son
almas vueltas al río leyendas no escritas latines no aruñados
solo tragos y memorias
nadan una en tres
en las velas furibundas
que nos apagan solitarios
al viento lluvia,
lo que escogimos en la esquina la frontera
botella azul
que nos mintió anisada la
boca de rayos
de cristales cactus
cruzando los puentes
del desnudo en chorros tres.
¿
Qué es lo que me vuelve voluminoso y leve a la vez ?
La palma rostro bañado
reposa en manto caliente primigenio el primer
beso
que libera la voz
hace de tu huella un roce
con la tierra un toque apenas
de levedad entregada al
cuerpo flota en los techos
para ver desde lo alto
la grandeza del ser
esto que pasa no lo es savia que de uno mismo
sale a recorrer
huellas, surcos, nombres
sin cansancio, sin sueño, en la caida del verbo
que originó al poema de
la levedad.
De
vez en vos
El pié delator aúlla
ambos dos en camino de sal conversan cuando
en salivas de ciudad
los escondites propicios
para versar lenguas de ceiba donde el inadvertido
fantasma atento al suceso
rasga una guitarra antigua de vez en voz
solícita a perder
las calles con tenor de
herida bajo balcones de floripondio
en tus dibujos besados de
la espada cuando la remolacha lloraba en gritos
al picaflor de madera
en las cascadas de plata…
moribundo.
Qué muerte advertida en los abrazos
por mí llevados a la sal en festejos de viento.
No es ahora tu dulce flauta la que lleva mi amor
que no logro olvidar en
risas calmas.
Qué
santidad te llama
Cuando dañaste el perfil de dios en el llanto de
María
convidada en aguas puras
como tantas piedras del indio solsticio inauguras
el templo con cebollas
y melodías merecedoras al
orgullo que nos obliga
a vestirnos de blanco
escape atrevimiento de sal entorno
sin que nadie venga a reconocer
en banderas e insultos el rostro de abismo
esclavo en tanto tiempo
a tenor de tambores tomadores
las bestias airadas de dioses ciegos
acostumbrados a temblar aves pequeñas cortando
uñas, aspavientos de negros atesorados por mal lenguaje
y mentiras
de sábana
con el perro aullido a
perdonarme mis bajas de pié
te sabrás misteriosa la
beatitud la belleza
los últimos vestigios
en potestad de gritón diablo
bajo los árboles acobardado gallo abrazado por
las preferidas lindas cautivas por tanto humo de bodas fiel a los territorios
y a otras festividades del ajeno universo.
De
perder amigos
Viene la fiera
sin contestar pesadumbre
engañas la guitarra
porque no saltas mi
estatura olvidado del todo
la puerta sin candado
baila tu cuerpo joven
en patria de comuna
por verbo sin angustia estalla en plaza de
naranjas domingo hace tres años
cubierto de pólvora y
borrachos transeúntes como el viajero
que perdió el paso de baile,
si vienes de Osaka ó
Chile, lo mismo, en España la lengua gira
no daña… más persiste
calmar el canto de
oriente en cascada azul
llenando miradas sacudiendo la vértebra en
demasía de rey
regalo besos y otros más enamorado a primera
vista bailo para tí sin amuletos mido el talle que traes equivocada en traje
negro bella más bella de noche
soltando amarras de
campesino en amor siniestro perdido,
baja por todo esto las
cortinas
y pierde amigos que no
saben leer
trayectos de canoa.
Arena
luz
Arena voz que te llevo
donde el viento mira
sombras tu cabello de flor día
a la madrugada en brazos de luz
Bella siempre te besaré cuando de blanco
estés soñando triste Tu
cabello de flor día a la madrugada
en brazos de luz.
Porque tu mar atrapo mi vida
en baile de caracolas
sonrientes
Aroma
es aroma… aquí… allí
Cuerdas alegres mares
en fiesta de frutas maduras desnudas adolescentes
húmedas nadan en la mirada del volcán.
Ocultas miradas corazones negros vigilan a las
bailarinas de laguna no permiten libertad al encanto
el atrevimiento del deseo al encuentro esencial
del error natural
para que todos los
hombres en llanto de naranjas
estén obligados a cruzar
la última puerta.
Regresas al mismo lugar con otros vestidos de
novia
perseguido de animales
lunas llenas enjambre de nubes veloces a besar
la ira del lobo
los puñales velas
los peces atrapados de vidrio
y las bellas en algas abrazadas reflejan
fabulosas danzas de olvido.
Sólo en tu cabeza de adolescente aparecen para
besarte
y a mordiscos huir.
El vigía
cumple su orden y el hombre
es abandonado… ciego y anciano.
Ayudamé
Valentina
No vengo de sombra
huyendo de mí… en caminos de agua
¿ Porqué tengo moldura de nocturno sin dormir ni
mirada de algodón ? Ayúdame Valentina a escribir
como antes era niño de arrayán solitario en
ladrillos ya sin rumbo en pan de luna
predilecto necio a olvidar todo aquel inicio de
nombre tumba cenizo aprendiz de canto
para convertirme en humo.
Valentina… cuándo me salvarás que de agonía no
resisto la voz más aún de pensamiento muero por la perdición de ave escogida.
Mía Valentina… al término de todo
escojo mi valor…
como encargo de absolución a mi corazón necio y
negro perdido entre el amor y el odio.
Tengo
metales parientes
Roto
el velo abrazamos
cantante
de aguaceros en los techos instantes calmos de paz
el conocimiento es para todos dueños del tiempo
entregamos sabiduría a los aprendices besamos la
miel de las mujeres solidarios con la tristeza del joven poeta la soberanía a
los hombres
caminemos
hacia las estrellas
abrazándonos
como hermanos en conversaciones con la luz para agitar las galaxias dormidas en
las venas
que
agradecen la fortaleza de la sed
e
invitan buenos aires a los pensamientos sueña las tardes con los animales
prepara nuevo ejército escucha a los silencios
recuerda a la mujer con gracia canta en los
aguaceros enfrentando latitudes
renueva
la mirada en seriedad habla en unidad de manos lleva amor por siempre
alegrándonos de besar rodeados de naturaleza conversando con los vientos
armonizando con las aves
recordando
amaneceres de plenitud llenando los espacios de flores encantando a las copas
de los árboles sonriendo siempre
hasta
la última luz de la sombra convertidos en propia iluminación.
Las
veces que cantaré
Las esquinas de hiedras tropicales en verdes
manos tocan la puerta entregan gestos alegres
comen tierra seca
en barros ladrillos incompletos en bigotes
descuidados de ajo antes que la virgen
en atuendos de momia con otras momias,
en el centro de la plaza iluminadas de cantáridas
salpiquen gritos
de almidón vestuario
¿ Quién bajará de las cúpulas ?
el caído cuerpo
en vigilia de sonidos camina con furtivas mozas
regala comidas engañadas y comienzos de tedio
caen como ángeles viejos
ya sin vestidura revelan
que sí tienen sexo, al final
cuando la niebla
desaparece a las campanas que tenues, silenciosas
son la misma historia inundada de hiedras que
hablaré y cantaré en las pesadillas.
Ave
Como nosotros, nunca repetidos sobre pluma
volando esquinas atrevidos
robando besos
a tu mejor amiga,
¿ Acaso duermo
en tus brazos frágiles? Dulce mujer
bañada
en territorio húmedo
tu piel lo dice
mi boca
sede
y en seguida latitud cero enorgullece su sitio.
Por todo esto, mujer,
tócame en silencio,
escúchame de libre
y ámame de atrevida,
porque no repito
el camino equivocado, tu
voz.
Dos
en vez de tres
Sin abrazo
visitamos la morada del viejo antesala
es la desnudez
habitas cuando el ave con
insectos
en mandíbulas fuertes
afiladas ayer tarde
abiertas al inicio de la noche
buscas atrevido
la piel del cóndor herido en balística elevado
como redentor niega a dios
porque no tiene corbata.
Baño
de sangre (dedicado a Don Eloy)
Plata en los ríos olor a obsidiana bajan,
golpean, rasgan…
son pedazos de infierno fumándose la piel mestiza
regalan a sus hermanas cuerpos nuevos
rastrean fósiles con pólvora seca certero agujero
celebrado
en los sesos blancos del
héroe montonero
que cuando niño bandolero
conocía los caminos
de la tierra y el mar y
los refugios
lo buscaban
para celebrar en grupo la carnal participación de
insurrecto
al no escoger color ni verso sino en muerte obrar
como líder obligado
a pedir concilio a la
muchedumbre fanática
para que la hoguera a
propósito sea páramo de costa
en desmembrado cuerpo de toquilla salpicado por
los hombres
en un baño de plata para
caligrafiar
tu bastón de viejo
en la luz que fumamos
contentos cuando de sopor saltó el viento
y ya tu imagen fue derrotada
para no mezclarse con nosotros, jamás.
A un
lado de tu cuerpo
La edad germina soles de bronce tiempo de
oxidados calores
para que tus piernas
abran la sal repartida no soy tu dueño
más colmo las sábanas
con este líquido de origen.
Que se quejen tus huesos cuando mi lengua te
quiebre junto a la madera de este lecho diré muchas frases
para continuar con la bohemia
de este día aclimatado a mi noche
Te irás triste ensortijado cabello
en besos dejarás tu lágrima perfumada y yo más
necio insisto
romper tus vestidos
en las gracias entregadas
tratando de amarte con valor.
Caminarás sóla preguntando decidida a perder en
el amor porque prófugo soy
solidario con lobos y demonios diestro en partir
bajo lunas llenas negras
en humo de yerba predilecta.
Ajeno al compás
ahorcando cantos de pájaros y gallos lejos en
oriente amanecido
cortando mis cabellos
para formar abecedarios nuevos sinfonías rotundas
donde solo yo decida esta
vez despertar.
No
solo el sueño atreve
La atadura, el lío, el pergamino, el sudor de la
rutina
que da término al vicio a
la renuente caída…
sin estropear la
callejuela en su simetría de piedras
la pisada noctámbula
que desgarra el cuerpo nómada en violación
cadente de ingenuas jóvenes aprendices de brujas
que gritan en un retablo
indigenista con armadura conquistadora
de corazones más que de
hombres el trazo no compete a nadie
la vergüenza no se
esconde al desayuno nadie atreve a soñar
el cuarto día de la
embriaguez incógnitos sellos borran la memoria con el dios eros perdido.
Qué
tierra vas a regalarme
Palabras en labio abierto
giran la cavidad del
pecho viejo no atrevo mirarte
pues la canción de blues
agita la edad
y ya estoy enamorado de tí
Cantaré letras de tu mejor baile
y los puñales salen a sacrificarme ya soy metal
oxidado
anteriores a tu nombre
bastan tus ojos
en catorce bailando blues
mariposas alimentándose de lágrimas de tortuga
tú alada multicolor
y yo lágrimas al río
me pierdo en siete mares
y siete tragos… escribiéndote
El
vaso sin la gota
Líquido embriagador, canción de noche, diente
felino del poeta
que muerde al grito en la
vereda, bajo el volcán
mientras los borrachos en
voces destempladas
caminan a la deriva
sin buscar nada
solo la sonrisa del perro
que congratula a quien no lo entiende.
De ahí, la gota tiende a caer resbalar con la
tranquilidad
de boca en su memoria de gozo el pulso del grito
el momento de rasguñar
vidrio ó porcelana quemada
ó sacrificio abierto
corazón que cae simulando la forma
sentimental del orgasmo.
Este vaso, no recuerda,
no lleva la pesadez ni el embriago saca del fondo
el aroma y la música que confunde a cualquier adolescente
al hombre lo desobliga de la ley al anciano lo
agravia con el final y a la muerte
ni siquiera la invita a bailar.
Laguna
noche
El vino de la fornicación
espejo de reyes
que se beben a sí mismos
cuando miran en el lago
la prosperidad de sus
hechos en la fatalidad,
levanten sus cuerpos prostitutas
y bailen otra vez
ocultando el llanto de los nacimientos ruidos
escarlatas en pañal de seda goteando en copas de oro la placenta en portales de
muerte tramada
ebrias de sangre
en euforias de cocaína sólo tú quedaste al borde
esperando el suicidio de las aves.
Y se acabó el tiempo
las aguas dulces sin embargo aprietan tus pies de
prófugo nunca te soltarán los vientos seguirán jugando en tu cabellera las
sombras…
no eres ave ni tampoco
princesa intocable del demonio
en espera del puñal
que parta el corazón mío
en flores blancas y
llamas azules en busca de los enemigos
para pelarlos como
naranjas sobre la mesa que se agita por el temblor del volcán cubriendo todo el
páramo
en relámpagos de la bebida del anciano…
Habla
la mirada
No mancilla el espejo del
casual veneno
a los parientes retratos
de sabiduría,
llevan pies de precipicio
agonía de plumas
en llanos de piedra
el resplandor
de la repartida plata luna fijan rastros sangres
en tu cuerpo,
mientras caballos viejos beben ocultos
en la flor de los barrios. en espera del rayo
despierta en los campos los jardines y
sus animales las frutas y las caderas
La
altura
Día siete tu mirada es
barca
y llueven fiestas
frutas comparten tus manos el lecho virginal
la noche joven atrapan estos labios lamiendo
estrellas desde la cadera
rincones calientes y
húmedos adivinan mi próxima parada.
Día cinco tu voz es primitiva
arden dolores en seco
tras botellas de papel llegas a beber
la saliva
de los cuerpos
en furia posesiva tensos
calcios queman viajeros veloces hostigados de felicidad
se rompen
al grito de la hembra dispuesta a parir
al sol.
Día tres tu cuerpo
es diestro y ajeno
abre el corazón de todos la llama de varón
no pierde tiempo en
conversar
a los callados escribas mayores.
Si
cantaras
En temprana edad había latín por tardes cantabas…
sólo cantabas otra vez
te pierdes más es tarde
para visitarme
en pocas palabras se baña
el ciego en tu flor.
Canta ya.
Al viejo madero
que escribe tu memoria en
una palabra
el silbo de la creación.
¿ O la saliva última del temporal ido herido en
furia
por ti cantó silencio ?
Caballero
de los planisferios
Torpe cada vez
que cae ceniza y lava en tu coraje
¿ Qué escondite protege
tu soberbia ?
ya no están las estatuas
lejos en casa de Trofonio
no conversan las amistades
¿ Y, entonces…
tu vestimenta es una ? No.
No llames a mi sangre el
rey ido está
sin siervo ni ladrón el
rey está solo
sin conde ni dios
¿ Y la sangre ?
seguramente… caballero ya lo olvidó el tiempo porque es un circo
su andar.
Abres
el cofre
En desorden, las camisas
seis utensillos de cocina
la apolillada insignia de
escuela el poema último
Alejandra y la cruz.
Dos triángulos cruzados
¿ Quién respira ? Nuevamente abres el cofre. En
tu pecho brilla la cruz
tu amante devuelve el brillo
¿ Acaso es oro y por eso brilla ?
Tenías razón sombra brillas mas que yo
no abras el cofre no me
adules
es poco. No es nada.
Estes donde estes
abandona el cofre.
Pero eso si
incendia la corona de la trompeta.
Juega los bailes y búrlate de los dioses-.
! Qué te envidien !
Silueta
de clavicordio blanco y negro
El lado oscuro de la luna esconde en perfil de
agrimensor al asesino de frutas tropicales desde latitud cero
se captura siete libres jabalíes…
es raíz de verbo maduro no tiembla el caballero
ante el barco inglés
artesonado de musas y mascarones encaprichadas
entre los manglares llega a la orilla
para afinar a cuatro
claves la curva de ballesta certera dirigida a los corazones sinceros en el
color bronce animal
en brillo de atardecer anaranjado
al nombre nuevo del continente en redes de peces
plateados
y monedas de plata
bañando las ciudades blancas siniestras
bajo la piedra mayor
ahora catedral ocultando los ángulos
de ancestral ciencia
se olvidan a los ancianos dioses ahora en cobijo
de montañas mientras las coronas triunfan
en pústulas fiebres de capulí y las fiestas de
feria eternas
no vencerán la vena
esmeralda de nuestra selva protectora
que lleva en las
constelaciones nombre de azar y el diseño inteligente
Después
del silencio
Caen insultos
vértigos que no intento arrastrar calles en duelo
de toros
dioses en juegos de niños
voluntad de pobres
en diciembre coronados
con lámparas de kerosene
y niños comiendo diablillos
en vez de aceitunas
fallas arquitectónicas del azar para el
discapacitado inteligente y bastones rotos para el ciego.
Venas anteriores al agua cavidades y huesos
abiertos a la hija del rey
que llora por ventura y
desgracia al padre muerto en palabras
al borde de pestañas
en corriente de provincia
masticando luces y semillas
viejo soñador en vuelo de montañas blancas.
Las cuevas ocultan sangre vestigios de viajes en
humo rodando la piel caprina cascos partidos
sacan chispas las crines alborotadas y las manos
mueven
al concierto de la
historia gozan de la muerte del poeta y temerán al escritor
asaltado por borrachos imberbes.
¿ Padre qué te dejaron en las heridas
si no será la solidaridad de tus palabras
indigentes en busca de movimiento ?
La
carne
Tres mañanas un nombre obediencia ciega
te conocen ahora
en el color de constelación
te revelan infinitos santuarios te adornan de
luces los pies ya nadas en silencio
nuevos hijos
ya brillas con luz propia nuevas tempestades
gracias al olvido de tu carne.
Tres tardes
para continuar en sol te favorecen abrazos te
festeja la intuición
y llevas corazón de
tortuga en calma de vertiente
la sal fluye en tu sangre
soberano
ya no hay que esperar
en tres amaneceres
la herida de la civilización.
Contra
y sombra
La captura de un río en barcas de chonta
exigiendo puñal en aortas festín de lagos
medusas muertas de frío tanta campana aquijotada
esfuerza lenguas esmalte nieve de pestañas oblicuas permiten sonoras vocaciones
en nieblas espesas
de viejos fumando pipa de negros que cierran los
ojos cuando cantan y sangran en tanto cae el látigo nada, nunca… vendrá a
conciliarme lo que has robado de mí
el cuerpo, la sangre y
mis hijas canto y sangro
en la cabaña de hojas y
converso siempre
en la sepultura.
Icor
sangra palabras
rompe ventanas del casalicio
el blasón mantiene el
honor de condes pero a los soldados en alquitara
poco a poco recogen
joyas, corasí pica a través de la ropa
estulto repite a todos la dosis
tal intérlope trafica fiebres otro, amigo de
Leviatán en sal devora marinos borrachos cocinados en paprika sofrita… rumian
en el tangán los rones por tanela
los sacristanes en alta voz advierten el trisagio
cobijados en cotón
para no envedijarse con los gallos.
Llega el momento de la exéresis a cambio de par
gramos de oro mientras el isleño ríe
Lázaro vuelve a su tumba apoyado en su laya
sobre marlepán de madera
apolillada los oyentes desconocen al padre
y llueven papiros en la
mirada de tití biscos como quedaron
suben al haloque
en vitácora de río arriba hidrólogos e ictiófagos
en lecho de mamíferos
escuchan el canto de las
nulíparas regalando el periantio
a las razas en sueño de
suelo cocinando tinapá
para los dioses tranquilos
escupiendo magistrales venenos
a todos los mamíferos conocidos.
Sin
lastimar a nadie
Pestaña de monte donde yo canté
y prendí fuego a toda palabra que empieza
con nombre de mujer para jolgorio de ordeño en
las especies mayores de tu agua virginal sabiduría que acompaña el rostro de
siervo
nunca aprisionado
al término de dos vocales
abiertas como piernas.
y alas de colibrí
incendian edades
sus cuerpos no llevan más
que el grito
verbo antiguo sin posturas
e inservibles llantos
cuando vuela tu cabellera
de siglo en siglo se va.
Alguien
llega
Llega quién
trae fiebres aplausos de lejos
llega alguien no sabemos en dónde cae pero llega
quién en miel no es besado sabemos ya qué distancia en gracia
baila en doble sin noche
sin quién
le ponga nombre nuevo
¿ ó ése alguien come sal
? quién olvida
tus pasos es lejos
bien lejos
en la desilusión
¿ no lo sabíamos ?
el veneno llega primero.
Tu voz
Donde tú pisas arena yo consigo amores
el escondite que me das
está bajo el caracol
si tú adivinas
donde nombro tu piel
darás cuenta
de mi destino tras los
libros.
En frases ocultas
si tú adivinas la máscara de frágil día
sin tus besos vientos en la oscura senda lejos de
tu voz
esperando al hijo inmortal.
La
miel de los hombres
Sabías de los besos de reyes en aguas calientes
de volcán para oír sólo riachuelos abrazan amores de piedra
en cuerpo de pan no
lastiman retinas cada noche dibujándote
ó tentándote a la risa de
piscina prisionera del viento
y de los rústicos amantes cobardes
tristes labriegos de vereda
solícitos besando tus arenas del dorado pedazos
de caballeros sin fortuna veloces enternecidos en tus senos selectos de color
piel quemada
entregan animales en vasija simulada todos a
quienes te aman
en elección de varones vestigios
la misma trampa tejida te
pintarán en las frías mieles dedicada
a los nombres y a los
hombres que poseen desiertas retinas
ciertas costuras de cocina quemada
sin aprender a castigar las uñas llantos tras
lagos en rostro de monte
¿ qué calor notaste de mis besos ?
en la mirada de ciego tonto
la sonrisa vertical que esconde tu cuerpo ante,
aquella mirada de adolescente triste observándome en cada cabello ido
a través de tu placer…
ínclito y viejo que entre tu y yo…
el volcán
entregará sus vertientes de azufre a la muchacha
enamorada
que sin tocarla ni conocerla…
me prefiere más.
Los
amigos abandonan
Seducción del territorio
lengua de lenguas
en el mejor abecedario
ventanas amalgamadas al diestro pincel
en fuga de ladridos conocidos
atravesando el nervio más la despedida
no será necesaria
si escogiste pensar la
huella falsificada que habla de tu fibra y reclama componer
la pierna rota
certeza de los años
que nunca atreverás tocar hasta saltar
el charco de memoria.
Novia
fértil
Agraciada en luces de esquina libre ríes al pié
de éste ombligo regalo mayor ofrezco
antes que tus lágrimas pierdan el camino de
vuelta cobijaré los caminos en blanca tela converso a mi sombra
más allá de la orilla qué madrugada… qué noche…
velarás tu o yo
a favor de los gritos.
Todos viajan menos yo involucrado en vacíos no
olvido la broma
en bebida de cobre por eso no te toco sólo
prometo hendir
lo más viejo de mi ser ocasión para romper
el velo
salpicado en ostias
y benditas sales cristianas
¿ Te convenceré sombra ?
No contestes.
Atrevido soy y tu carne joven sedienta llama
el vino de violación.
La
despedida ‘
Bailamos ancianos de vino luego en la oscuridad
en vano bailas cuerpo tu
fatal manera
de desilusión a los espejos
si entre las ventanas y las puertas eres la
figura de la nada
aunque en sueños atrevida
eres golondrina caníbal diestra a partir en humos
ligera en baños de otros
olores caminas misteriosa en la luz
en afán de cariño
arboleda tras las ramas y las máscaras me encontrarás desnudo y feliz.
Yo
te vi en el río
Una vez lo mejor diste en tu partida de joven… de
nuevo ya no estás
para compartir aguas y festejos.
Ya no veo lo mismo
tu nombre solo recita encuentros en la ciudad
marchita
con sus vicios y
alquitaras intentan quitarme el recuerdo
parido en conversas de
impulso astral ven de una vez, acércate…
ven a decirme
que todo está bien.
Ya te reconozco en la
cautividad
son tres tiempos de
cerradura somos de espalda al sol sin barca.
Por lo tanto no escribiré
en el bar de bestias
en vuelo sorprenderé tu
traje…
alejándose en ríos melodías
lo que me confundió a
quererte cuando el sol
sale abrazado de niebla.
Si
tu nombre fuera de madera
Años… otros santos demonios en hermandad
declarada
la sinfonía de la mentira trampa de la fé
la sentencia
que intenta en vano callar en esta voz la luz,
altura y gravidez de intocable en el cobijo de mi madre.
Sin conocer tu llanto luciérnagas quemadas nuevas
flores del volcán, celebran otra fiesta.
Quema la pluma y la escama pez ave salta al
mediodía quema la pluma y la escama en busca de nueva lluvia.
La
gloria sin aleluya
Camino piedra de basalto
recoges a los guerreros
en las fortalezas suspiros y velas
la esquirla salta a los cuerpos
lagos de sangre atreven
al ciego viento
en la penumbra de cebollas
cantos de leviatán dictan
la sentencia y el aire trepa en puro veneno
en ira despótica de ojos
rasgados de sonrisa presidencial.
Quita toda duda la fotografía, en otro continente
es más rápido respirar
sobre cadáveres
guerrilleros olvidados, la cruz ayudó
en favor de propios
dioses que dan la vida de rostro los huesos rotos cantan
la gloria sin aleluya
la vida en carne y a la muerte
en otra batalla presente la retaré.
Peine
de sombra
Abierta cáscara de miradas opuestas sobre el
santuario alto,
las nubes en saliva de
cúpulas abrazan fríos bronces callados
la gemela comisura de la
semilla vertiente de vida
certero encanto dirigido al cielo.
Reconoce origen
la cabellera agitada el mar furioso
de puro placer
en rasguños de discos vertebrados, mordeduras
medidas
de la necia moral rota que no hay demonios en mi
cabeza.
El espacio abre, la
cáscara, diferentes miradas
rompen holgaduras con el
pulgar
intentan repetidas veces
arreglar el cabello
en la sombra
ya que la luz de los espejos no compara ni
refleja
esta unión del viento en
busca de la flor.
Sin
Trajes
Moriré sólo
el barrio no dirá
lo que grité y canté alegrías y mujeres despido
por ésta vez la decisión adversa
en muestra de cielo amparo de boca narcótica que
no espera, nada
por eso muerto vengo de
nación atajo al peldaño maldito
en sonrisa de perro
déjame ver, déjame ir,
a rápidos pasos de
caballo escupiendo a todos los dioses
eso te incluye a ti demonio
a cultivar mi tumba de ciprés a borrar la fecha
geodésica
de nacimiento en
huracanes para sanar las heridas
de los ángeles.
Notas
de lectura para el autor
Cierto es que la hojarasca obedece a la mano
india que guía su destino
al compás y silbido del
viento que en su roce
en las copas de los eucaliptos
calla a la hierba junto a
las vacas.
Entonces es tu sombra la
que cambia
no escatimas la pluma no
desperdicias la vida, agóbiate si es necesario
que es más libertad
el vuelo, a toda prisa
y que no nos sorprenda el duende
en la lujuria propia.
Con derecho
a mantener sobria a la
luna
se escapa fuera de todo
signo zodiacal que predetermina
la línea a seguir
prefiero la venda
y el precipicio a un lado
y la bebida al otro.
Quinto día de luna llueve por la mañana remoja tu
garganta de tierra virgen
que el precipicio quedó
atrás.
A mi
pequeña hija Sofía
Repito tu tristeza en cada paso y no puedo
olvidar
el susurro de fantasmas
que nos separan
a voluntad de maldad
el atrevimiento a la
soledad sin encontrar libertad
sin remediar la situación
pequeña mía sin querer te
daño en tierna edad
ya eres poetisa de la tristeza en la mirada de tu
padre.
Llegará el día
a través del arcoiris
que imaginamos con origen
de oro la mentira obligada
la repetición de la misma
canción en doble compás de luna
para mi pequeña vida que
abandono
por alboroto de locas
plumas en mi cabeza
de enfurecido animal.
Si
crees necesario grita
Baila en alcohol fuego, hazlo sin demora
alcanza el orgasmo de la
palabra el papel obliga la entrega
el curso de la estirpe
en trayectos de estrella.
No detengas la mirada
donde cae el meteorito
tú no eres efímero como él deletrea las grandes
estrellas demórate en ellas
como al comienzo de tu
infancia,
ahí está el fuego
interior lo que siempre buscas
en tus caminatas solitarias
esa duda
ese filo de navaja
que no define su cuento.
Se prolonga
el abyecto camino
por la inconmensurable lámina de acero terrenal
que brilla
cuando la gota de sangre salpica al corazón
abierto de la bondad
la pasión
y el dolor.
Carnaval
Vientos de carnaval mojadme a mí
en mi próxima morada
lejos yéndome respiraré
a mis amigos quindes tristes.
Cuando Ecuador ya no cobijes
mis pies de alpargatas
en este frío noche de océano quedo callado
y nadie sonríe porque soy
de maíz.
Uña
de diente
Son noches de viejos escribanos
uno de ellos en bondad de
inmolación en la misma escuela
escribe y bebe en las
cornisas de sábado cruel de miel
en percance de fiesta terminada.
La casa y su dueño pierden al guardián
¿ Qué enemigos retan ?
¿ Qué amigos gritan sin conocer la ventura ?
y así atreves
ofenderme sin apóstoles, así preparas nueva
trampa con billete de águila
nuevos daños ancestrales
grados de malicia
de mentira y verbo más
nunca podrán romper la piedra,
más nunca lograrán
quitarnos las estrellas.
En años diez piedra de piedras llamas y lágrimas
eres
encierras lo mejor del monte en calor y en frío
sólo amarás por hoy a la
lluvia mañana serás piedra ceniza calmando otras angustias terrenales.
Soy piedra
advierto… no me toques.
El
corte de la investidura afiligrana
La llama en goce se repite el agua en pos de
orgullo gana la sequedad leve, lame huesos el alcohol
ante la llamada de alcanfores contesta el
solitario
lágrimas negras en
asientos los secretos del pariente develados al viento
en batalla brilla
al compás de hipocampo.
Así amigo, basta para tí,
sólo añadir un látigo
de sobremesa
un relámpago de ausencia
en viernes miedo de
multitudes en erotismo de tallas tántricas
a todos los necios
entregados al reflejo
brillo certero de asesino.
Otra
vida en voz es mía
Escenario de raíces masticatorio de hojas y hojas
vienen lejos del frío
tu novia, la mía y el trago nos juntan a la vez,
ya no hay más ira, amigos
arrepentidos en dolor de huesos huyen de rodillas,
de espaldas a la rumba eterna.
¿ Qué presagio vierto sin
amores ?
Veloz te acompaño
en las puertas del páramo
cerradas por caballos cantan sones cuerdas maestría tuya de corazón
en mano guitarra
fabulando los cuentos del charco los parques
nocturnos
y el Chiles coronando estrellas sin espejos
glaciares azules que reflejen tu silueta de abril.
No hay mar que lleve tu
caracola al fin
ofrenda misteriosa
quillasinga canta en las vertientes minerales vuelan en tus jardines
nidos de quriquinguis en frailejones pluma sobre pluma
reencarna ya tu voz.
SEGUNDO
CAPÍTULO
LA MUJER DEL SUEÑO VUELO.
Mapola, es la mujer de la virtud preñada de risa
lleva en su reino muchos dioses aquellos
engendros
necesitados de senos que
de beso en mordida se llevaron todo de ella.
Yo, soy el vuelo...
aquí habla el vuelo, en
tenor... de cacique...
que obedezcan los
súbditos, lancen plegarias
los sacerdotes junto a las putas,
los mendigos tuertos que se asemejan
en calma y alegría furia
a mi yo maldito.
Aléjate de mí,
ya sabes de mi ira lleno de odio y rencor sólo
engendraré para ti demonios.
Libérate de las cadenas
mías y se tú... mujer, mujer.