Alejandra Martínez






Última voluntad

Regresa con los pies descalzos y sucios, la cara mugrosa, el cuerpo sudado y hambriento. Sus uñas han rasguñado y sangrado, locas por escapar de su encierro. Manos recias, hombre recio. Sus piernas tiemblan luego del escape de su tumba prematura. Su cuerpo se negó a seguir muerto. Cuerpo terco, hombre terco.
Ayer sus parientes lo desconectaron de los aparatos que le mantenían con vida y lo sepultaron.
En este momento él llega a su casa, entra sin ser notado y se encierra en su cuarto. Recostado en su cama, suspira descansado, y con su arma en la mano, dice: “¡Acaso que es cuando ellos quieren!”
Entonces, dispara.