LA BOHEME
A Marthita Bravo
—Padecía de un mal terrible, el poeta. Pero estaba de veras decidido a terminar su libro.
—¿De qué mal padecía su amigo el poeta?
—Alcohol.
—Ay. ¡Qué tristeza! Sí.
—No lo volvía malvado; pero sí
algo peor para su oficio: perdía la disciplina fácilmente. Y se la pasaba de
fandango y bailando y contándole mentiras a las muchachas...
»Contra su ventana, el cielo y
sus ojos: agua azul estancada, se dijo a sí mismo, un amanecer: “En adelante,
antes del fin de un capítulo, ni una gota he de beber”.
»Pues, terminó su gran obra en
10 días.»
—Y su gran obra, ¿cuántos capítulos tiene?
—Es esta... ¡Mire! —abrió en el índice,
y con su dedo descendiendo—: son diez.