Una natural tendencia a la
desintegración
huelo tu sexo en mis dedos y
tengo
la cabeza bajo la nieve:
mi único y real derrotero
cierro los ojos y huelo tu sexo
en mis dedos:
hay iguanas que reptan por la
sangre
(sudor en sus escamas en su
cresta dorsal
sus garras dibujan tu nombre)
solo quiero aprender a llorar y
destruirme
es un envenenamiento
¿capisci? ¿si mangi? ¿si muerdes
lo que digo?
¿entiendes que este dolor no es
una impostura?
tu sexo es el envenenamiento de
la propia sangre
la tristeza no miente
tu sexo en mi mano como las
púas
de los alambres que cercan
nuestra casa de infancia
¿tenemos una casa de infancia?
la casa abandonada que somos
ahora
tan cerca teníamos el olor del
otro
entre los dedos
ya fue
fuga la belleza siempre fuga
y nunca le rozamos ni siquiera
la colita
la belleza como una vaca
que debe ser ordeñada
para que dé leche como la diosa
Juno
amamantando a su hijo la Vía
Láctea
tu cuerpo como eso de lo que no
se habla
porque nadie lo volvió
asequible
nadie lo alcanzó y eso es lo
esencial:
esa distancia esa querella
tácita
esa guerrilla cifrada contra
el otro cuchicheo de las Parcas
aunque en el proyecto de tu
cuerpo esté
tantas veces incluido uno mismo
—a despecho de sus
sentimientos—
si no de lo sentimental que uno
siempre
detesta en la realidad pero
colma de emoción
en cada sílaba
y en cada palabrita
se nos expulsa de la vida con
la casa nunca hecha
o la pavesa de lo nunca sido
entre los dedos
tu sexo en mis dedos como una
inoculación
donde florecen polillas
siempre me como a mí mismo
sí
esa sangre en el piso son mis
pies
tu sexo en mis dedos como una
hermosa cicatriz
en el pecho
mi sangre tu sangre ¿capisci?
¿entiendes lo triste que es
todo?
donde resbalan todas tus
enfermedades
todas mis enfermedades
tus enfermedades y tus
lagrimitas fluyen
en mis venas
¿doy todo lo que tengo a quien
no debo cuando
ya no tengo nada?
tu sexo se remoza en mis dedos
y en mi lengua
y entiendo que es como Saturno
comiéndose a su hijo
qué riesgo
Tu Rostro como arroyos de
violetas cayendo
lentamente desde gallos de
riña; Tu Rostro
como arroyos de violetas que
empapan de vitrales
a un hospital sobre un barranco
llora Viel Temperley
llora tanto llora tanto
es el olor de los ababoles
falopiales de tu sexo
en mis dedos:
se sufre demasiado con la
felonía del recuerdo:
cierro los ojos
qué tristeza:
huelo y casi toco tu sexo pero
tengo cortadas
las manos
huelo y casi toco tu sexo
como lo nunca alcanzado
como lo distante-imposible
como mi fiebredelirio
como eso de lo que se dice
siempre sin jamás
mover un vello a su pelambre
ni una púa a su erizo:
esa es su belleza:
la rozadura de una concreción
que jamás cristaliza
la verdadera chica de humo por
supuesto
¿es verdad que tengo tu corazón
en mis zapatos?
¿mi corazón en tus zapatos?
tu hermoso guachito que no te
cabe en el pecho
está en mis ajadas botas suizas
regaladas
por mi tío Gato Villalba (mi
primer muerto íntimo)
tu sexo en mis dedos como los
látigos del opio
¿tenías un calzón amarillo con
el grabado
de las fauces de una cobra la
primera
vez que nos descuartizamos?
toda tu lengua circulando en mi
rostro
y dejándome tu hermosa baba de
azufre
tus dientes de obsidiana
dejándome
la pústula y el incendio y el
delirio
y la autodestrucción como
sobrevivencia
de la noche quiteña en mi
cuello:
tu lengua es un tizón decías
sácame la pucta
haz lo que quieras conmigo
cabréate un poquito conmigo
decías
la furia la furia la furia
mi nombre es un tizón en tu
cuello decías
en la larga cicatriz que me
dejaste florecen
los inverosímiles arupos de
agosto de Quito
no te olvides que estamos en la
parte más alta
de la parte más ancha del mundo
la melancolía andina es nuestra
muleta
un amor que se me fue
otro amor que me olvidó
por el mundo yo voy penando...
la pérdida como sentido de un
destino
senderito
senderito
senderito de amor
el mucílago y la miel aciaga de
tu sexo en mis dedos
en mi lengua en mi cuerpo en mi
cerebro
mi sexo es un avispero asiático
con sal en grano rosa (sal
color salmón
fruto de algas invulnerables al
sodio)
decías
mi sexo está atiborrado de
huesos de colibríes
decías
hasta mi cuerpo me pide que me
aleje de ti
te dejo mi espejo para que
sufras todos los días
decías
lo clitórico de la realidad
como el badajo
de la campana del infierno
llorabas
nunca te olvides que también
eres el padre
de todos mis hijos muertos
decías
llorabas
llorabas
llorabas
llorabas
fuiste la peor pareja que me
pude conseguir
y me dañaste para siempre
esta es la receta del desastre
decías
llorabas
el único homenaje del lenguaje
a este mundo
es llorar a destiempo
cierro los ojos
tu sexo en mis dedos como las
flores
descompuestas que viajan en el
río Tomebamba
mi sexo huelo a musgo decías
solo a musgo
ya cállate ti prego
calláte burringo
cierro los ojos y pienso en los
ríos que nunca
vimos en Cuenca
que tristeza las magnolias de
tu sexo
¿te acuerdas de los pastizales
y las botellas rotas
al filo del Tomebamba?
y el museo de arte
contemporáneo
y la cerveza belga al desayuno
y los vitrales de la Catedral
y el balcón del hotel “Romero”
con 50% de descuento
en la calle Cordero
y esas cosas que se hacen
cuando uno aprende
a sufrir
“si tú volvieras te vestiría de
oro mi Santo
callaría las cosas para que
pudieras oír
mi canto desesperado
cómo quisiera quererte menos y
más oscuro
quisiera quererte lento
no más penuria a la hora de
amarte
no más tormento…”
llora Buika llora tanto llora
tanto
y en la bruma que sale de su
voz de perro
hay palomas negras negras feas
palomas lisiadas en sillas de
ruedas
palomitas méndigas sucias
tristes lloronas
no es justo estar tan quebrado
ya fue suficiente
no me hagas tanto daño
solo quiero llorar y destruirme
convéncete
esta es nuestra muerte lenta
lenta lenta
huelo tu sexo pegosteado en mis
dedos
su buqué salvaje es la argamasa
para los ladrillos de mi cabeza
tengo una enorme pared al
frente mío
para romperme los sesos a
cabezazos
solo quiero llorar y destruirme
huelo tu sexo cierro los ojos y
es como
si un murciélago eyaculara en
mi garganta
su semen es un charquito de
arrabal
donde lavo mi rostro para
renovarme
y olvidar el fracaso que
acarreo
me pliego dentro de mi cuerpo
me quiebro ad infínitum dentro
de la tristeza
de mi mente con esta canción
que es un bello cadalso:
and I know you have a heavy
heart
I can feel it when we kiss
so many men stronger than me
have thrown
their backs out trying to lift
it
but me I’m not a gamble you can
count on me to split
the love I sell you in the
evening by the morning
won’t exist
las telarañas medusas y aguas
malas de tu sexo
en mis dedos uñas falanges
y cutículas como la anestesia
en la piel de nuestros muertos
íntimos
el ungüento de tu sexo en mis
dedos
como la baba de las semillas de
ácido
que crecen en la lengua del más
hermoso
dragón de komodo del planeta
qué riesgo
me baja con violencia el
tembladeral
de la orgasmia desde la
garganta hasta
mis venas
hasta mis pies
mi orgasmia es una anguila del
mar
de los Sargazos
hay que cabecear la pared hasta
romperse
los sesos
me lanzo me lanzo desde este
edificio
de 18 pisos donde vivo
arrimadito
ya me quiero retirar de esta
huevada
no sirve de nada vivir para
venir a parar en esto
solo quiero ver mis sesos
esparcidos en el suelo
para que las asquerosas palomas
quiteñas
se los coman
¿nunca más me dejo subyugar por
los imanes
de la muerte?
nosotros inventamos la lluvia
de Quito
y le pusimos aguardiente
decías
ya no me hagas tanto daño
están lloviendo escorpiones
¿entiendes que siempre
estuvimos al borde
del último abrazo?
nunca nunca nunca más estaremos
juntos
y en el desbarrancadero de la
madrugada quiteña
cuando el mástil del frío es el
único aliento
en los huesos
entiendo que esta es mi derrota
mi cárcel en el desierto
mi hospital
mi natural tendencia a la
desintegración
yo decía nada decía nada decía
nada
temblaba
estaba vencido con el pudor en
los zapatos
te vencías con tu mano dentro
de tu sexo
la esparcías sobre mi rostro:
“esto no es un sueño decías
esto no es la vida
esto es nuestro olor convéncete
esto somos nosotros”:
el llanto de una yegua
desollada en vida
si realmente me quieres déjame
ir
gritabas
llorabas...