Guadalupe Huerta / Yo, la hija de la reina


Yo
la hija
de la reina
viuda
casada
en segundas nupcias
con el rey
perfecto
mi padre.
Mi madre
temeraria
como aquella viuda de Padilla
allá en Castilla
reina de los Comuneros.
Y mi madre
la reina
en la Gran Plaza
viuda del gran rey
Mocteczuma Atlixcatzin
y yo
la pequeña Xuchitl
en el lago
entre los tules
con las garzas...

Y mi padre el rey
en el Calmecac
con espinas en sus testículos
al sol
meditando profundamente.
Y yo danzando
con mis plumajes
y mis caracoles
en el gran Teocali.
Mi madre
leona de Castilla
prima de la loba
y amiga de las Escalmodes
encima de la roca
otea el horizonte
no sea que el maldito
Monforte o el chingado Cortéz
se nos alleguen
y su regia capa
y los plumajes
al viento...
Y mi padre
el de sandalias de oro y venado
cargando
con sus ojos
el sol
levanta.
Y yo río
plumita preciosa
plumita de quetzal
turquesa cuelga mi nariz
y mis párpados
negros y amarillos,
con mi cohorte de armadillos
recorro Aquitania
y meriendo en Carcasone
para esperar
a mi novio Enrique
con el que estrenaré el divorcio
y las cohortes de amor
yo la niña Leonora
futura reina de Aquitania
me deslizo entre coyotes
cocodrilos y mi amigo el puma
hasta Tenochtitlan
mi reino
mi hogar
y mis padres en el gran ritual
al 3 de Mayo
Tescatlipoca
espejo humeante
escogeré consorte
humean veinte mil cadáveres
sacrificados.
La toma de Jerusalén
fue peor
Anna Comenna
en la carta que recibí
hoy en la mañana
me lo comunica.