Adolfo Macías Huerta / Jim Eagleman y las Vírgenes en Paracaídas




Todos quienes vivieron sus conciertos en Seattle recordarán a Jim Eagleman vestido como cheer leader, marchando en el escenario con las piernas en medias nylon. Más que un transexual, Jim Eagleman quiso ser diferente, radicalizar su distancia con los demás seres humanos. Acaso una manera de distanciarse de sí mismo, de su pasado anodino como hijo de una camarera de Wisconsin que no podía costear las medicinas de su hijo en una enfermedad. Como afirma su amigo y compañero de banda, Brian Sullivan: “Todos estamos acostumbrados a pensar en Jim como una estrella, pero cuando lo conocí era solo un muchacho en un cuarto, armando modelos a escala de aviones de la segunda guerra mundial robados del almacén, y que colgaba una bandera nazi sobre la cabecera de su cama, lo cual no debe confundirse con una ideología, sino con las ganas de llevar la contra”. Admiraba a Sid Vicious y a Freddy Mercury. Tocaba mal la guitarra pero cantaba con una furia que se confundía con el desprecio. Ejemplo de esto era cuando al abrir sus conciertos, en vez del acostumbrado Ladies and gentlemen, decía: Idiots and faggots, con ustedes… The Parachute Virgins. Momento en el que solían arrancar con las guitarras distorsionadas de su éxito We are almost dead (and we need to masturbate). Esta curiosa mezcla de exhibicionismo y talento deja entrever el estrambótico destino de Jim Eagleman.

La búsqueda de visión

Junto a Scott Weiland, de Stone Temple Pilots, Jim contrata a un científico aficionado al grunge para sintetizar sustancias de mayor impacto. Pequeño y extremadamente delgado, pero con dos ojos vivaces, infantiles, Michael Ousbensky siguió a la banda en una gira por todo el Noroeste de los Estados Unidos, dentro de una combi que tenía un laboratorio provisto de todo lo necesario para sintetizar, entre otras cosas, ácido lisérgico y metanfetaminas. Blue lab, canción compuesta por Jim Eagleman y Brian Sullivan, se refiere a este vehículo, en el que Ousbenzky dio a luz algunas drogas de diseño, entre las cuales se hallaba una sustancia bautizada con el nombre de “Frantzie”, en referencia al escritor de Praga, Franz Kafka. La droga producía fuertes alucinaciones viscerales, “Como si mi organismo mutara ”, explica el cantante en una entrevista concedida a la Rolling Stone. “A veces siento que mis huesos se deforman y se mueven de sitio, transformándome en un ser de otra especie… Es una experiencia maravillosa y espantosa al mismo tiempo”.
Obsesionado con la idea de volverse un licántropo, Jim viaja a México para iniciarse con los “graniceros”, brujos que controlan los fenómenos atmosféricos, ubicados en el estado de Morelos. Al decir del antropólogo mexicano Jacobo Grinberg Zylberbaum, los famosos graniceros viven en zonas apartadas de la montaña y toman drogas psicoactivas para relacionarse con los denominados “seres del tiempo”, pero son escogidos por dichos dioses al sobrevivir, literalmente, a la caída de un rayo. “Probablemente no quisieron recibirlo, o creyeron que aquel hombre carecía de las cualidades energéticas o espirituales que se requieren para ese peligroso aprendizaje”, explica el mexicano. Por el motivo que sea, tras cinco meses, la búsqueda termina. Decepcionado, Jim regresa a Seattle, donde se pelea con el tecladista de la banda, Frank Beloucci, con quien hubo una disputa previa en cierta ocasión, cuando Eagleman arrojó un parlante gigantesco sobre el público durante una presentación. Tras una reunión con el grupo, Jim promete cumplir con su contrato, pero el abuso del wick y otras sustancias le impiden un correcto funcionamiento. El sueño de los Parachute Virgins, finalmente, se desploma. “La felicidad termina por ser la idea de llegar a casa justo para ver el show de las once”, declara en su famosa entrevista a la Rolling Stone. “Finalmente, lo único que queremos es ser normales, pero el regreso a casa es imposible, porque nunca tuvimos una”.

The other side

Su álbum como solista titulado Meth Church, es un fracaso comercial. Una especie de bestiario escrito bajo el efecto de diferentes sustancias provistas por su especialista, que reflejan estados variados de la mente y del cuerpo, como Electric hound, Rataquiz, Agonic Rave y Bzzz. En este álbum mezcla el grunge con el noise y experimenta con la distorsión de sonidos hasta un extremo jamás antes intentado en ese género musical. Simultáneamente, Jim es objeto de acoso por los periodistas, a causa de sus permanentes orgías, en las que participan menores de edad. Un domingo sufre un ataque cardiaco y es internado en el Saint Joseph Hospital de San Francisco, en medio de una gira personal que no puede concluir. En su cuarto de hotel se hallan varias sustancias ilegales. Tras pagar una fianza, debe hacer servicio social. Es entonces cuando, mientras da de comer a los indigentes en un hogar de acogida, vuelve a encontrar a su padre, quien había abandonado a su familia cuando Jim apenas tenía cinco años. Después de dejar a la madre y al hijo pequeño, Ralph Eagleman fue soldado en Irak. A su regreso no logró reincorporarse adecuadamente a la sociedad y se dedicó a la bebida. “Esta es la única que vez que vi a Jim sereno, como si al ver a su padre destruido por la soledad, no tuviese otra opción que ponerse sobrio, centrarse para poder ayudarlo”, nos dice su hermano David. Conmovido por su pasmosa similitud física con Ralph, Jim se ve a sí mismo en aquel rostro deteriorado por la guerra y las miserias de la existencia. Compra una casa junto al mar para ambos, pero su padre se suicida a los pocos meses, dejando una carta en la que afirma haber recibido la mayor bendición que podía esperar en esta vida: su reencuentro con Jim. El cuerpo con la carta yacen en el fondo de un bote artesanal de pesca, junto a una botella de bourbon.
La muerte del viejo soldado impacta vivamente en su hijo. El sueño de una vida normal se acaba. La tierra prometida es fugaz y dolorosa. La banda se reúne de nuevo para una gira. Durante ella, Jim conoce a Luz Elena Navarro, una mejicana con quien decide formar una pareja que conviva en castidad. “Tener un pene nos vuelve estúpidos”, dice a un periodista después de la operación en que se hace extirpar sus órganos sexuales. “El sexo es la trampa de conejo que nos impide la liberación, la máquina reductora de mentes”. Tras la intervención quirúrgica, se muda al desierto de Sonora con su pareja, deja las drogas y se une a una iglesia que espera el fin del mundo para el 6 de julio de 2006. Ese día, bajo un sol ardiente de mediodía, Dios aparece puntualmente en la puerta de su casa, convertido en un coyote. El cantante sigue al animal y desaparece entre las dunas. Su cuerpo es encontrado meses después, apergaminado como una momia. Por solicitud de su familia, es transportado a San Francisco para los funerales. Cinco cuadras de adictos y fanáticos de su arte siguen el ataúd. Con un manto estampado de flores y huesos, Luz Elena sigue al ataúd como un santa, pero un fanático de los Parachute Virgins la agrede con sus pesadas botas y es detenido por la Policía. En el muro trasero del edificio donde tuvo su primer apartamento en Seattle se puede ver actualmente un mural colorido, en el que se pinta el fin del mundo y al cantante siguiendo al coyote hacia el cielo, con la frase Break on through to the other side, Jim!